Por las tierras de la reina en León, por muy buen año que
sea, también se cumple el refrán: “De mitad de noviembre en adelante, el
invierno es constante” y por las mañanas el blanco predomina sobre los verdes.
Tras una pequeña disputa por el terreno con los cazadores,
que se creen los amos del monte, comenzamos nuestra ruta en Barniedo de la Reina.
Por buenos caminos en dirección sur y ganando poca altura,
nos adentramos en el valle hasta el arroyo de las Fuentes.
El otoño y el invierno se disputan el paisaje como todos los
meses de noviembre, hay tiempo para todo, aunque como siempre, va ganando el
invierno.
Estas primeras nevadas nos aportan siempre paisajes
especiales donde se van mezclando las distintas sensaciones para hacer la
transición al crudo invierno.
Pasado el arroyo se empieza a ganar altura y la nieve
empieza a ser más abundante.
El paisaje ya ha perdido el dulce aspecto otoñal y empieza a
cobrar toda la dura belleza del invierno.
Cuando se termina el camino, se termina también el bosque, estamos
a 1600 m. y las vistas de Picos reclaman nuestra atención. Como no retratar a esa
Torre del Friero…
Desde aquí ya se hace camino al andar, la senda va directa a
la cumbre por la cara norte.
Aún hay poca nieve y el dorado de las espiguillas destaca
sobre el blanco dándole pinceladas al paisaje.
El camino se hace un poco duro, al tener poca nieve hay que
caminar con mucha atención.
Pasando los 2000 m. alcanzamos a la niebla y envueltos en su
blanco velo alcanzamos la cumbre.
El sol quería salir, pero la niebla le dijo que no, y todo se quedó, en vanos intentos.
Nos juntamos demasiados en la cumbre, estábamos los 14 del
grupo, la niebla, la nieve, el viento, el frio, así que nos hicimos la foto
rápido y comenzamos a descender.
Quedó claro porque la llaman La Rasa, es una cumbre muy
amplia y tiene muy buenas vistas, pero como en el teatro, todo empieza cuando
se levante el telón.
Para el descenso cogimos esta canal que está protegida del
viento y tiene más nieve.
Cuando se va terminando la nieve, recobramos la temperatura
y estos abedules nos dan paso al reencuentro con los vestigios del otoño, abajo
Barniedo de la Reina, en la serenidad del valle.
Los Espejos de la Reina.
Por la mañana blanco, por la tarde verde, los prados en
noviembre, paisaje intermitente.
¡Vaya ruta guapa que os habéis marcao, Goyo! Un abrazo
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