Punta Penia

A las cinco de la mañana dejaba atrás el bosque de alerces que hay bajo la presa del lago de Fedaia y comenzaba a remontar el fuerte desnivel que me separa del glaciar de La Marmolada.

Llevaría caminando media hora y el sol se abrió camino a duras penas entre las nubes para alegrarme la vista.

En gran parte del terreno se aprecian las piedras pulidas por el glaciar que no hará muchos años aun se deslizaba por aquí.

Tras hora y media de calentón alcanzo este collado, un nido de ametralladora de la primera guerra mundial ocupa el lugar preferente para controlar a un lado y a otro.

Desde aquí ya todo es el glaciar, aunque este año tiene mucha nieve y el hielo solo se ve un poco en el resalte.

Por detrás las montañas del passo  Pordoi me dan los buenos días, ya somos conocidos.

Por el glaciar se progresa hasta el espolón rocoso con las vetas negras, desde ahí hay que subir a la arista.

En las fotos el glaciar tiende a llanear, pero tiene su desnivel, aunque no como para hacerle peligroso.

Superado el espolón hay que cruzar a la derecha en busca de la grieta que sube en diagonal.

En la grieta nos encontramos un cable de acero instalado como pasamanos, no es una ferrata, es para agarrarse y hay tramos con hielo, que vamos si te agarras.

Por la grieta se sube muy bien, a poco acostumbrado que uno este a trepar, pero al final se termina el cable en la arista y quedan unos cinco metros de nieve que resultan bastante expuestos.

Antes de alcanzar la arista una mirada al glaciar, aquí ya se aprecia una rimaya a pesar de la nieve.

Y por fin en la arista, ya se vuelve a pisar plano.

Igual es cosa mía, pero subía mentalizado que alcanzando la arista estaba chupado y se me hizo bola hasta la cumbre.

Pero se me pasó enseguida, me encantaría como si estuviera en Picos deciros todas las cumbres que veo, pero no las conozco, aun así me siento privilegiado de poderlas contemplar.

Estas son mis amigas, las cumbres de Pordoi y el Piz Boé.

Y este soy yo encaramado en la cruz de la cima de los Dolomitas y feliz.

Las otras dos cimas que coronan el glaciar y bajo las nubes la Punta Roca.

Se empezó a meter la niebla y es la señal de que el tiempo está empezando a cambiar, así que retirada.

Toda la arista y abajo el lago Fedaia.

Descendiendo da la impresión que el Gran Vernel es un paseo desde aquí… Los dos italianos han subido en helicóptero, pero se lo perdono porque están trabajando, están midiendo la nieve que queda en el glaciar.

Antes de bajar el tramo expuesto de nieve me acordé de Carmelo y pensé, por si te pasa algo hazle una foto chula para que tenga un recuerdo, y no quedó tan mal.

Luego me encomendé, sobre todo a mi experiencia y a mis piolets y para abajo que venía apretando la niebla.

Este tramo también es delicado, pero porque la nieve  está muy inestable.

Desde aquí ya todo es coser  y cantar, bueno, y una buena pechada de pisar nieve blanda.

Cuando termino de bajar el glaciar la tormenta también se está terminando de preparar.

Bajando se ve mejor la buena ubicación del nido de ametralladora, es como un radar, al que pase, zas…

Desde abajo comprobé que al Gran Vernel no se llega paseando, pero habrá que estudiarlo para otra vez, se lo merece.

Y al otro lado del lago, de telón de fondo con las nubes, aparece un cordal por el que discurre la Ferrata Eterna, también queda pendiente, así que habrá que volver.