lunes, 6 de julio de 2020

Pico Cortés

La previsión era de agua y el día en los Invernales del Texu amaneció con niebla y orvallando, ya estaba a punto de abandonar cuando apareció un paisano con su paraguas y me dijo, la niebla está muy blanca, yo creo que despejará…

Yo no necesitaba más que un empujoncito y media hora después ya dejaba atrás las majadas  de Vegas del Toro, con más corazón que convencimiento y mi paraguas en la mochila.


Poco antes de este puente sobre el Duje se le junta la riega del Canalón del Herru, yo lo cruzo y empiezo a ganar altura por la margen izquierda del Canalón.

La pendiente es muy fuerte y a pesar de no haber una senda bien definida se camina muy bien y no hay pérdida, Canalón para arriba. Paisaje el justo.

Cuando la riega desaparece se convierte en un gran cono que recoge el agua de todo el circo, yo estaría sobre 1700 metros cuando la niebla se puso de color azul, fue como ver un lago con palmeras en el desierto.

Hacia abajo seguía muy cerrado y continuaba orvallando.

De repente se produjo el milagro y apareció delante de mí la canal que andaba buscando, al ver el panorama casi desee que siguiera con niebla.

A mi derecha en el central se veía Collada Bonita.

Cuanto más me acercaba a la canal más panorama veía, pero es lo que buscaba, una subida al Cortés que no fuera la de siempre.

Lo mejor es que al mirar para abajo no se veía cuanto ibas a caer.

Cuando se me secaba la boca disfrutaba mirando a mí alrededor y soñando que volaba.

No es una canal difícil de subir, es más bien fácil, pero bastante peligrosa porque el terreno está completamente roto. Hay muchos tramos que cuando los alcanzas respiras, alguna piedra de las que te sujetaban ha marchado para abajo y se la escucha mucho rato…

Esta es la salida a la arista, aquí ya estaba más tranquilo, igual no es buena canal para ir solo, aunque tampoco lo es para ir en grupo. Dos estaría genial.

Nada más mirar a la izquierda veo la Morra de Lechugales, ya vuelve a ser buena canal para subir solo, me alegro de haber subido.

Mire hacia abajo con orgullo y la dije adiós, ahora viendo la foto me río, pero es mucho más de lo que parece.

La Pica `l Herru, La Morra y las Sillas Cimera y Bajera.

Menos mal que apareció el paisano y arranque, estuve a punto de quedarme dormido y sin soñar.

Al Curavacas se podría llegar nadando.

Para alcanzar la cumbre todavía quedaba un poco, pero ya estaba todo vendido, el Cortés era para mí sólo.


En esta uve es donde termina la canal.

Que arista más tentadora para pasear una rato.

Desde la cumbre toda la Montaña Palentina y el Prao Cortés.

Todo el macizo central.

Con mi quilla de caliza surcando el mar de nubes hacia las islas de ultramar.

Contento y feliz de haber atrapado otro sueño.


Cuando me cansé de navegar por las nubes, comencé a descender hacia el Prao del Cortés.

En la canal que los separa la niebla parecía desbordarse.

Comparado con el Cortés, el Prao es una montañina, pero viene en el pack.

Desde la cumbre el Pico Pozán y la Montaña Palentina.

El Cortés y todos sus compañeros.

La fábrica de sueños estaba trabajando a pleno rendimiento.

Pero había que bajar, así que enfilé por la Canal de las Grajas, igual de descompuesta, pero con bastante menos peligro.

Abajo querían adivinarse los Puertos de Aliva.

En la Vega de Piedra Llé, sobre la morrena de la Llomba del Toro, los terneros descansan, yo también paré a comer y luego a descansar, como uno más.

Luego con calma, tratando de absorber lo más posible de estos valles maravillosos, regresé hasta los Invernales del Texu.

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