Peñalara por la canal Sureste Clásica

 Salimos de Cotos por la pista de la subida normal a Peñalara, al poco de pasar el mirador de La Gitana en una curva muy cerrada nos desviamos a la derecha en la fuente de Cubeiro dirección a las lagunas.

Esta senda por el pinar es todo un regalo para los sentidos, lugar de meditación, que transcurre por las laderas del cerro del Cuco.

Cuando salimos del pinar contemplamos a nuestras espaldas Las Cabezas de Hierro con la canal de Las Cerradillas que tanto tiempo lleva esperándome, y seguirá hasta otra borrasca por el cantábrico.

Un poco más adelante cruzamos por un puente el arroyo de la Laguna Grande y empezamos a remontar las laderas hacia el mirador de Javier.

A nuestra izquierda dejamos la mole de la Hermana Mayor bajo la cual se encuentra la Laguna Grande y el refugio Zabala.

Continuamos por las laderas del Mojón Grande pero sin ganar altura.

Desde la arista contemplamos todo el cordal de nuestras espaldas, las Cabezas de Hierro, el Cerro de Valdemartín y el Alto de las Guarramillas.

Desde aquí comenzamos a descender a Las Lagunillas.

La mayoría están aún debajo de la nieve.

Justo encima está la imponente mole de Peñalara, con sus 2428 m

Subiendo hacia Las Charcas disfrutamos de una zona de una belleza espectacular y entre semana cuenta además con un silencio impresionante. Un buen lugar para perderse.

Paramos a comer el bocata en la zona de las Cinco Lagunas y aprovechamos para dibujar sobre Peñalara la canal Sureste Clásica o el Tubo de Ruau. PD+ 350 m desnivel máximo 55º en la parte final.

Sacamos los crampones y los piolets y empezó la fiesta, con nieve mucho más blanda de lo que nos hubiera gustado.

Se gana altura a una velocidad impresionante, la verdad es que esto es proporcional al estado de forma, pero la canal es preciosa.

Aquí llegamos a un anfiteatro bajo la arista en el que suaviza mucho el desnivel, también aumenta mucho la cantidad de nieve.

Desde aquí hay varias opciones, nosotros cogimos la clásica que discurre lo mas a la izquierda posible. Hacía mucho viento y esta nos deja en la misma cima.

El desnivel se va incrementando a medida que subimos.

Menos este resalte, la canal es completamente de nieve, lo único que nos complico un poco la subida fue lo excesivamente blanda que la encontramos.

El último tramo discurre sobre un resalte y esto junto con algo más de inclinación lo convierten en la zona que más precaución hay que tener.

La salida de la canal resulta cómoda, cuando hay mucha nieve puede ser muy diferente.

Desde ahí hasta la cumbre la única pelea es con el viento que a duras penas nos dejó mantener una postura que no pusiese en peligro nuestra dignidad de montañeros.

Las fotos de cumbre por separado, no hubo forma de convencer a la máquina de fotos para que se estuviera quieta.

La arista del Risco de los Pájaros, era la opción para el descenso, pero el fuerte viento nos convenció para volver por la ruta normal.

La cima de Peñalara en invierno siempre es una maravilla, las bajas temperaturas y el fuerte viento que la azota se vuelven artistas y convierten la cima en una exposición de garabatos de hielo.

El viento era casi insoportable, así que volvimos la mirada a la suave loma que nos conduce a las cimas de las dos Hermanas.

Perder altura era imprescindible para recobrar la calma.

Ya desde la senda de las revueltas que nos devuelven al puerto de Cotos, al abrigo del fuerte viento del Oeste, contemplamos a la Hermana Mayor y Peñalara, abajo el circo de la Laguna Grande.

Y vuelta a la pista, al abrigo de los pinos, al calor exagerado para un día de invierno, al placer de otra ruta bien bonita con José Luis que ya hacía tiempo, al placer de volver para contarlo…