Plataforma de Gredos en Enero es sinónimo de hielo, menos
mal que el viernes había nevado un poco y se había suavizado, sino, salimos del
coche con crampones.
Se esperaba un temporal que casi daba miedo salir de casa,
nosotros íbamos abrigados como si por Los Barrerones se subiera al Polo Norte.
Cruzando el arroyo del Prado de las Pozas a los que no conocen Gredos
puede parecerles que hay una nevada, pero esto en Enero es casi como no haber
nevado, da pena verlo así.
Subiendo a Los Barrerones hay alguna zona con algo más de
nieve, pero gracias al viento que la junta para dar buena impresión.
Otras zonas están peladas y es el hielo el que las mantiene
blancas.
El terrible temporal de nieve y frío queda patente en la Fuente
de los Cavadores que da un buen chorro de agua fresca.
El simple hecho de verla ya desmoraliza.
En dirección hacia el mirador del Circo de Gredos nos hizo
soñar con que en cualquier momento aparecían La Galana y El Almanzor…
Como no aparecieron, cogimos la vereda del Refugio del Rey camino del Morezón.
Superados ya los 2000 metros el viento era muy fuerte, en
algo tienen que acertar, y nos permitió en pequeños instantes disfrutar a tope
de lo que hacen la niebla y el frío en Gredos.
Gredos es todo granito y como ya está cerca el carnaval se
está poniendo las plumas para que bailemos la samba con él.
Coronando Los Altos del Morezón, el viento nos apretó fuerte
y la niebla nos envolvió de nuevo.
La subida a la cima
del Morezón, 2389 m. la hicimos navegando con el gps, sólo nos veíamos a nosotros.
Entre la niebla, apareció la cima de repente.
Hacía mucho frío y nos recibe con churros, una pena que no
había subido el del chocolate.
Aun así lo celebramos, cuando cuesta sabe mejor, el frío en
la montaña le lleva la contraria al poeta, y después de olvidado, da placer.
Como nada se veía no nos estuvimos a contemplaciones y
comenzamos el descenso.
El viento fue aumentando y alcanzaríamos esas rachas de
setenta kilómetros por hora y a la vez esos momentos mágicos.
No es fácil sacar al viento en una foto, pero a veces parece
que se le escucha.
El frío intenso nos permitió ver el alto de Navasomera y los
Riscos del Fraile, detrás se distinguía perfectamente el embalse de Candeleda y
en el fondo del valle el pueblo.
En el descenso hacia El Prado de las Pozas el sol le fue
ganando a la niebla.
Pero el viento continuó haciendo de las suyas, ha sido junto
a nosotros el verdadero protagonista de la ruta, una ruta dura, pero de la que
hemos disfrutado mucho. En nuestros encuentros hablaremos de ella.
Muy bueno el relato,y las fotos harán que recordemos este día ....el Morezon pasará a formar parte de otros días inolvidables en la montaña
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