Madrugar y ponerse en camino de noche abre el abanico de
posibilidades y te regala el espectáculo de la luz rompiendo la oscuridad de la
noche para que el nuevo día estalle de alegría, mientras la niebla empieza a
despertarse con los primeros cantos de los pájaros.
Desde mi camino hacia Añisclo con las primeras luces del día
me encuentro con esta imagen del pico Añisclo y la Punta de las Olas luciendo
las primeras nieves del otoño.