sábado, 21 de septiembre de 2019

Pasarela de Espeja y El Ranero

A Espeja de San Marcelino, en Soria,  llegamos por tierras de cultivo de cereal y parece imposible que vallamos a encontrar una ferrata, pero de repente aparece el desfiladero de La Torca y ahí está, escondida entre la nada.

La vía ferrata de La Pasarela de Espeja es la más antigua de Castilla y León, pero es una de las más exigentes a pesar de ser corta y superar muy poco desnivel, prácticamente es una travesía por el interior del desfiladero.


Los primeros pasos de esta ferrata ya te ponen en guardia, no es difícil, pero algo te hace intuir que no será fácil, la forma en que está equipada no tiene nada que ver con otras que hemos hecho.

El desfiladero es muy estrecho, o bien pasas de una pared a otra haciendo el spagat o por puentes de cables.

Las salidas de los puentes tienen algunos pasos bastante técnicos, sobre todo si ha llovido como nos pasó a nosotros. Sin experiencia no es recomendable y menos en mojado.

De todas formas este primer tramo es disfrutón, pasando de una pared a otra en varias ocasiones y lo superas muy bien.

Hacia la mitad, hay un tramo que te lleva al primer descanso que ya no es tan sencillo, agarrado a una cadena, desaparecen los apoyos y tienes que ir buscado donde meter la puntera de la bota. Es un tramo de “fe” y sobre todo de fuerza.

Después del descanso está el “pasito de Alberto” un tramo como el anterior, pero en bajada y ligeramente extraplomado, otro buen estirón de brazos…

Luego, ya bien agarrados, recuperamos la sonrisa y por un tramo con una escalera remontamos a la zona de la tirolina y la pasarela.

Luego afrontamos el muro de los tornillos de la vía de Ariza, que tiene una entrada un poco exigente.

Pero como nos sobra técnica, paseamos por él como si estuviéramos de cañas.

La salida es otra zona de estiramientos, balanceándote de la cadena y buscando apoyos para no resbalarte.

Luego otra escalera nos cambia de pared para buscar el tramo final que también nos estira un poco.

Es un tramo cortito, pero en la línea de toda la ferrata, para dejar buen sabor.

Y en el puente, nos reciben las animadoras, así da gusto hacer ferratas.

Después nos fuimos a Huerta del Rey en Burgos, para hacer la ferrata de El Ranero, una K3 que nos tomamos como un juego, para desestresar…

Se parece más a un parque de aventuras que a una ferrata.

Aprovecha muy bien las formaciones de la roca para montar puentes, pero siempre cortos y con escasa altura.

La zona más vertical es este muro de veinte metros.

Que visto desde arriba no parece ni que los tenga.

Luego continúa con otro puente, este un pelín más alto, pero muy fácil.

Y otro muro corto y súper equipado, esta ferrata sí que es buena para iniciación.

Tiene otra cosa que no tienen las demás, la posibilidad de tener público.

Nos habían dicho que era una K3 y al final lo fue, este paso de la escalera se gana la categoría.

Tiene una salida técnica para probar a ver si los nuevos van aprendiendo.

 Luego otro murete vertical con más sensación de aéreo por el fotógrafo que en la realidad.

Y la salida de la K3 El Ranero I. 

Seguido nos encontramos este puente con una cinta y al final un cartel que anunciaba las normas de utilización. Estaba claro que íbamos en dirección contraria, pero no sabíamos porque.

Pasamos así otros dos puentes de cable y acabamos descendiendo un tramo que en subida será llevadero, pero en bajada era tenso, con una entrada en el puente extraplomada.

Pasamos el puente de los troncos y la salida era en bajada por ir al revés, extraplomada y en curva. Al Grupo se le hacía bola, así que desde el puente hicimos rapel y para abajo.

Luego vimos que era una K4, El Ranero II, que montaron este año, nos quedamos con las ganas de hacerla en el sentido adecuado, pero se estaba poniendo a llover. Promete, así que volveremos.

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