El puerto de Ventana parece un manantial de nubes desde el que con suavidad se deslizan hacia
Asturias para con sus labios repletos de gotas de rocío, besarla entera y remozar el verde de este paisaje siempre tan bucólico, tan maravilloso.
Despertar
con Asturias bajo las nubes aumenta la sensación de soledad, como si las
montañas fueran sólo para nosotros, que diferente de los días que tienes que
viajar para venir, hoy parecen más nuestras, hoy desayunamos con ellas en la
intimidad…
Con esta
paz recogimos el campamento y preparamos la mochila.