El domingo madrugamos un poco más, desayunamos a las seis y
media y a las siete nos poníamos en marcha. Después de la ruta nos quedará el
viaje de vuelta, es el peaje que pagamos los de Castilla adentro.
Comenzamos a caminar por un bosque de hayas precioso, con un
buen desnivel, pero muy llevadero por la fresca de la mañana.