domingo, 24 de junio de 2018

Mallo de Acherito

El domingo madrugamos un poco más, desayunamos a las seis y media y a las siete nos poníamos en marcha. Después de la ruta nos quedará el viaje de vuelta, es el peaje que pagamos los de Castilla adentro.

Comenzamos a caminar por un bosque de hayas precioso, con un buen desnivel, pero muy llevadero por la fresca de la mañana.


Lo abandonamos por la brecha del Paso del Caballo que nos da acceso al bosque de Gamueta.

En el bosque cargamos energía para la ruta en el viejo tejo.

Y con el depósito lleno continuamos ganando altura por el hayedo.

Por encima del bosque aparecen de nuevo las praderas por las que continuamos hasta el collado del Paso del Oso.

Desde el collado ganamos altura por la arista dejando el refugio de Linza en el fondo del valle.

Luego caminamos otro buen rato por otra pradera a mil novecientos metros.

Que nos conduce a la entrada de La Plana de Diego.

Por la que seguimos remontando, ya con nieve en muchos tramos.

Para terminar en La Collada del Huerto del Acherito, todo un espectáculo para la vista y un reto para nosotros.

Al igual que en La Mesa, la nieve está genial y se camina con mucha seguridad.

Luego hay que afrontar la subida más dura, pero mejor de lo que parecía de lejos.

Nos deja en una especie de hombro desde el que vemos muy bien el Bisaurin  y delante el Castillo de Acher, a su izquierda, el Aspe y Collarada. Bueno, y todos los que no conozco.

Cuando alcanzamos la cima tenemos a todos alineados. El Sobarcal, el Petretxema, la aguja de Ansabére, La Tabla, La Mesa y el Anie. Y en Francia Le Dec de Lhurs y Le Billare.

Descendimos un poco por la arista hacia el barranco del Acherito para sacar una foto chula de la cumbre, es un pico que lo vale.

También para sacar una foto aérea con el Chinebral de Gamuta de fondo.

Fue un verdadero placer haber escogido esta cumbre, ha sido una experiencia bien bonita que os recomendamos.

El descenso lo hacemos por el mismo camino hasta la collada del Huerto del Acherito.

Una mirada para atrás, ahora con el sol en mejor posición.

Desde aquí descendimos por una buena trocha hacia el barranco de Petretxema.

A nuestra derecha dejamos la cumbre del Petretxema y nosotros giramos a la izquierda por el barranco en busca de Las Follas del Ingeniero.

Una vez atravesado el paraje de las Foyas, el barranco desemboca en una pradera preciosa que nos mete de nuevo en el hayedo por el que volvemos al refugio.

La naturaleza es muy inteligente: Este cantárido aprovecha las horas de más calor al sol sobre las hojas de un espino, nosotros a la sombra en el refugio nos tomamos una jarra de cerveza para rematar este buen fin de semana.

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