Otra vez cargamos con las raquetas porque iba a nevar mucho, pero las dimos otro paseo, poca nieve para que valga la pena ponérselas.
El día estaba como las previsiones, malo. Mientras remontamos las vegas de Los Fornos estuvimos protegidos del viento y se hizo llevadero.
Incluso en la parte alta hay tramos del camino de Wamba que no tiene nieve y nos permitía caminar con mucha comodidad.
Con una buena capa de nieve alcanzamos el Collado Acebal que supera ya los 1700 metros. En este punto abandonamos León y pasamos a Asturias. Antes de existir el puerto de San Isidro este paso comunicaba los pueblos de ambas provincias.
En esta vega nace el arroyo Acebal en una buena fuente y hay un refugio forestal del Parque de Redes.
Desde aquí tomamos dirección Oeste en dirección al Collado Trave. Se puede subir en dirección Norte por una fuerte pendiente directa a la cumbre, pero la nieve no estaba para arriesgarse.
En la vertiente Asturiana el ambiente era totalmente invernal, por la cantidad de nieve y por las bajas temperaturas y el viento.
Según íbamos ganando altura nos fuimos desviando en dirección Norte para dirigirnos a la arista del Cascayón.
Pasamos alguna zona con bastante pendiente, pero la nieve nueva nos permitía caminar sin crampones con mucha comodidad.
Algún rato incluso nos dejó disfrutar de vistas bonitas como este cordal que flanquea San Isidro hasta la cima del Torres.
Mientras seguimos ganando altura dejamos a nuestra izquierda el Collado Trave.
Luego discutimos un rato con la visera de nieve para que nos dejara subir a la arista, pero no se resistió mucho.
Una vez superada el mal día se convirtió en el mismísimo infierno y la cellisca era tan fuerte que dolía la cara, menos mal que la cumbre ya estaba cerca.
La foto de cumbre a la carrera, poniendo buena cara, pero deseando desaparecer de la escena lo antes posible.
Para el descenso escogimos la arista Norte, que parece más pindia de lo que es realmente, se baja muy bien.
Sobre los 1800 metros ya recuperamos las ganas de reírnos y nos atrevimos a pararnos un rato.
Remontamos esta pequeña cota a 1855 metros disfrutando el tramo más bonito de la ruta.
Luego descendimos hasta el Collado Ubales, por el que pasa el Camino Real.
Hoy el paso está un poco complicado, pero mucho más entretenido.
En el valle algunas placas de hielo nos hicieron ralentizar la marcha y tirar de prudencia.
Un poco más abajo nos tocó hacer una asamblea para recalcular la ruta, el GPS se encontraba despistado a pesar de su certera infalibilidad.
No os preocupéis decía, que yo conozco la ruta… Se había venido arriba.
Hacía un día de perros y aun así nos echamos unas risas.
Recuperado el camino, subimos al lago Ubales a comer algo, era tarde y no habíamos parado a almorzar por el excesivo viento.
Nos hubiera gustado darnos un chapuzón, pero estaba prohibido…
Salimos del lago a media ladera en dirección Este.
Hasta que encontramos la subida a la colladina de La Xara, por la que pasamos al valle del arroyo Acebal.
En una suave subida alcanzamos de nuevo el refugio y el Collado Acebal, por el que volvemos a tierras leonesas para bajar de nuevo a San Isidro.
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