sábado, 5 de marzo de 2022

Circular al Pico Murcia

Salimos de Cardaño de Arriba por la carretera y a unos trescientos metros cogimos el camino a nuestra derecha hacia el valle de Arrilla. El día era espectacular.

Según vamos ganando altura emerge el Espigüete sobre el horizonte llenándolo de la luz que ciega a los montañeros.

Por el valle de Arrilla avanzamos hasta que la pista desemboca en unas praderas, es la majada de Arrilla, aquí los restos de un puente nos permiten cruzar el arroyo para dirigirnos a la arista.

Una vez alcanzada la vamos remontando a caballo entre los valles de Arrilla y Mazobre.

No ha caído la gran nevada que antedecían, pero enseguida empieza a estar todo blanco, el valle de Mazobre está guapísimo.

El corredor Norte del Espigüete está precioso, bastante arriba se ve a un grupo que sube, sobre la nieve dura hay una buena capa de nieve muy venteada… no será fácil.

Cuando alcanzamos el promontorio rocoso del Alto del Sillareto ya superamos los 1800 metros,  la nieve empieza a ser abundante.

Nosotros continuamos progresando por la arista camino del Alto del Castillo.

Da gusto ver en la foto una gran pala de nieve que parece casi llana y se sube haciendo zetas…

Esta ruta es obligatoria para todo enamorado del Espigüete, en verano preciosa, en invierno te hiela el alma.

Disfrutando como los mejores días de montaña alcanzamos la arista de los Altos del Castillo, de fondo La Cerezuela y el Pico Murcia completan el galimatías de sensaciones.

Camino de La Cerezuela ya no cabe el dolor de piernas, hoy todo es puro placer. El viento ha hecho maravillas.

En las laderas a sotavento a cargado una buena cantidad de nieve.

Por el alto de La Cerezuela se desbordaba la nieve.

Y nos regala esos pequeños momentos mágicos que nos cautivan.

A nuestra izquierda el cordal de Aguasalio que me recorrí hace poco se ha vestido de novia y yo, me casaría con él.

El amplio collado de La Cerezuela nos permite relajarnos para afrontar la subida al Pico Murcia.

La vista a la derecha es impresionante de la zona de Peña Prieta.

Acercándolo un poco vemos el Pico Cuartas, el Alto de las Lomas, el Tres Provincias, el Pico del Infierno y detrás Peña Prieta, el Alto del Tío Celestino y el Alto del Calderón.

La subida al Murcia está bien bonita el viento la ha pintado para nosotros y de paso ha dejado parar poca nieve por esta vertiente y se sube muy bien.

Detrás de nosotros la arista de los Altos del Castillo aparece como un espinazo que separa los valles de Mazobre y Valcabe.

Y la cumbre. El momento donde se diluye el cansancio absorbido por el placer de estar en lo más alto, de haberlo conseguido.

Posar en la cumbre es una tradición, una parte de orgullo y otra, de venganza por las veces que no se consigue.

Para el descenso escogemos la arista Norte porque la ruta normal tiene mucha nieve y el viento habrá preparado alguna trampa.

La arista a cambio tiene mucho ambiente, pero lo preferimos porque aquí los peligros son más evidentes.

Pasado el tramo más complejo la arista se convierte en el patio del recreo.

Era la hora de bajar y se notaba que a ninguno nos apetecía dejar de chupar este caramelo que nos habían regalado.

Por fin afrontamos el fuerte descenso hasta el collado de Peñas Caburdas. De frente Peñas Zamurdias y la preciosa arista de Peñas Malas.

Desde el collado descendemos por el arroyo de Peñas Zamurdias. El viento nos ha esculpido altorrelieves en los neveros para que sigamos disfrutando.

La arista del Pico Murcia a contraluz y los neveros de bajada hacia el valle.

Aunque en la foto parece bastante plano, es un efecto óptico, tiene bastante pendiente.

En toda la cuenca hay mucha nieve y el descenso fue más lento de lo previsto.

En algún paso nos esperaba laguna trampa en la que caímos, algo que hay que tener siempre presente con la nieve así.

Ya abajo cruzamos el arroyo de Valcabe y nos sentimos totalmente seguros. El camino ya está definido, sólo es cuestión de andar de nuevo hasta Cardaño.


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