Hacía tiempo que la arista entre Peña Ubiña y Los Fontanes
me atraía como un potente imán, desde 2010 que tuve el primer contacto con ella
estoy deseando recorrerla, pero siempre hay algo que se interpone en el campo magnético y lo retrasa.
Después de Pirineos, sacamos un par de días para irnos a las
Ubiñas y lo primero que queríamos intentar era la arista, la verdad es que no
tenemos mucha referencia sobre ella, sabemos que no es un paseo, pero somos
así. Lo intentamos a ver cómo va…
Comenzamos a las nueve y cuarto con buena temperatura, que
no duró mucho, antes de llegar al Collado del Ronzón ya calentaba como un día de
Agosto, pero como veníamos bien entrenados íbamos ligeros a pesar del peso que
llevábamos, veníamos preparados para todo. Sólo renunciamos a subir material
para vivaquear, bajaremos a dormir.
La Ubiña pequeña nos mira al pasar y nos guiña un ojo… hoy
no estás en el menú, pero volveremos otro día, tienes una arista bien bonita.
Desde la arista de la Ubiña una mirada a Torrebario, nuestro
punto de partida.
Peña Ubiña no decepciona nunca, es una montañona
impresionante, tiene un buen espinazo, por el que es un placer cabalgar a
caballo entre León y Asturias, las vistas son impresionantes.
Antes de alcanzar la cumbre es inevitable una paradiña para
mirar la arista que nos separa de los Fontanes, es un panorama impresionante,
parece duro, pero depende de tantos factores… Desde aquí solo se ve la belleza…
La cumbre es realmente impresionante, está para nuestro
gusto excesivamente amueblada, pero no seré yo quien quite nada… la verdad es
que para mis sueños no estorba.
Después de comer algo nos animamos a bajar, no teníamos
claro por donde y no nos gustaba ninguna canal de las que vemos desde la
cumbre, escogemos esta y para abajo.
El terreno es malo, el suelo es todo piedra suelta, antes de
agarrarse hay que probar un par de veces, se mueven muchas piedras, todas las
canales tienen un final con salto, la verdad es que bajamos bien, pero con
mucho cuidado y cambiando de canal de vez en cuando para buscar otra más
segura.
Una hora nos costó llegar a este descansillo en el que
puedes estar de pie tranquilo, estamos a 2200 m. buen sitio para mirar lo que
nos queda y de reojo al reloj…
Y una mirada a lo que hemos bajado, 200 m. que no parece
tanto como para lo que hemos tardado, la verdad es que no hemos bajado por el
mejor sitio. Vimos gente subir y nos parecía que esas canales iban en otra
dirección, pero debían ser las más aconsejables.
Seguimos bajando, para evitar algún trozo poco claro tomamos
algún atajo, no sin trabajo, ya se sabe cómo va esto, seguridad es igual a
tiempo.
Pasamos por sitios realmente chulos, muy montañeros, en los
que se progresaba bastante bien.
Y otros bien inciertos, pero quien pone los hitos, está loco
jajaja… la verdad es que hay sitios con poco paso, ese, o volar y no se nos da…
Y no terminas de bajar y ya estás subiendo otra vez, la
verdad es que todo el recorrido es rompedor, exigente.
Esta resquilada nos pone en el Práu Capón 2187 m. Por lo menos ya hemos
alcanzado otra cumbre de nuestra arista. Ya sólo nos faltan ocho.
Bajamos otro poco y de nuevo para arriba, a por la Puerta
del Arco. Nos metimos en un fregado bueno, supongo que hay un camino mejor,
pero no dimos con él, intentamos subir por una chimenea por la que ascendimos
hasta 2203 m. a cinco de la cumbre según el GPS, pero no vimos forma de subir,
a pesar del material que llevábamos, no vimos forma de asegurar con unas
garantías mínimas, había un paso muy aéreo y todas las grietas que teníamos a
mano daban pocas garantías de sujetarnos, destrepamos un poco y rapel para
abajo.
De la chimenea no tengo fotos, había tanta tensión que no me
acordé de la cámara.
Descendimos hacia Asturias y subimos por la canal que baja
hacia Las Cinchas del Planón, por la que alcanzamos el paso de Puerta del Arco.
Desde aquí la subida es fácil y en poco tiempo alcanzamos la
cumbre de Puerta del Arco. 2208 m. nuestra tercera cumbre.
Vista de La Puerta del Arco desde la cumbre.
Es curioso, algo que no había visto nunca y en menos de un
mes me vuelvo a ver reflejado en la niebla... Los espíritus, espero que buenos, están conmigo.
Cuando
bajamos al paso de La Puerta del Arco eran las cinco y veinte, así que la idea
de hacer Los Castillines y llegar al Siete se empezó a desvanecer, nos quedaba
demasiado y aunque no teníamos prisa, tampoco queríamos dormir en la arista.
Como la puerta estaba abierta decidimos bajar.
La Arista recorrida y a la izquierda la grieta de la pasada
del arco por la que bajamos, es la segunda vez que bajo por aquí, la primera
baje con Pedro, y visto ahora, me parece más valiente que aquel día, es una
bajada impresionante…
Al bajar alguien te mira y parece que te quiere decir algo… compartimos el mismo medio y estará pendiente
de si lo respetamos. Tranquilo, nos gustan estas praderas tanto como a ti, tenemos
la suerte de compartir el paraíso…
Bajamos tranquilos, sin prisa, disfrutando de las tierras
acogedoras de Babia, nos encaminamos al comienzo de la ruta del día siguiente,
cenamos mientras la niebla se ponía juguetona y bajo el cielo tranquilo de
Asturias pasamos la noche…
No hay comentarios:
Publicar un comentario