domingo, 4 de mayo de 2014

Susurrando al Susaron

Se va quitando la nieve y hay que cambiar los crampones y los piolet por la roca.
La primavera ya está muy presente y la roca empieza a calentarse.
 

 
 Nosotros también, no podíamos ya resistir las ganas de sentirla y pensamos en la arista del Susarón, poco antes de Puebla de Lillo, al pie de la arista Este, dejamos el coche.
 
 

La arista no da tregua, desde el principio se pone pindia y exigente.
 
 
Por si fuera poco, nosotros vamos esquivando las zonas mas fáciles y progresamos lo mas cerca posible de la arista, para tener vista a las dos vertientes.
 
 
 
Las vistas enseguida empiezan a ser de lujo, los Mampodres sobre Redipollos.
 
 
Buscando canales por las que asomarnos un poco más arriba, la verdad es que es una subida bonita y muy entretenida.
 

Mirando para atrás para ver lo subido...
 

 
Pero sobre todo al embalse del Porma, que nos tiene ensimismados.
 
 
Como siempre, parece que queda ya poco.
 

 
Así que volvemos a la carga con fuerzas.
 

 
Bueno, todavía queda un poco, pero en el fondo nos alegramos, estábamos disfrutando de la subida y no sería justo que se acabara tan pronto...
 

 
Hacemos alguna trepadilla, pero facilita, que le va dando emoción.
 

 
Y a través de sus canales vamos descubriendo fotos preciosas.

 
Por fin a lo lejos aparece la cumbre, aun tendríamos que dar un pequeño rodeo para acceder a ella, evitando una canal que sube desde abajo. Hemos tomado nota, es una pena que esté orientada al sur, pero algún año hará bien de frío y venimos con los piolets.

 
La cumbre es un mirador, la mesa estaba preparada, el día era genial...
...no se cuanto tiempo pasamos almorzando.
...susurrando.

 
Contemplamos la arista que acabamos de subir con admiración y respeto, no es una cumbre muy alta, pero su arista nos ha convencido. Un diez.

 
A lo lejos se ven los Picos de Europa

 
Mas cerca el Cordal de La Morala, aún con mucha nieve.

 
El Pico Bodón y el Cueto Cabañas.

 
Cada uno susurra a su manera, el fotógrafo no veía forma de parar...

 
Para terminar la aventura bien había que bajar la arista en dirección Oeste,
bajar es otra cosa y algunos tramos no se ven claros.

 
Pero decidimos intentarlo, como mucho nos tocará volver a subir algún tramo.

 
Fuimos descendiendo con mas cuidado que en la subida, hay muchas piedras sueltas y hay que pensar cada agarre dos veces.

 
Teníamos tiempo de sobra y eso va siempre a nuestro favor, las prisas en este terreno son siempre peligrosas

 
Descubrimos esta canal que nos dejó maravillados.

 
Nidos pétreos, para pájaros imaginarios?
Quizás los nichos donde guardar los susurros del Susarón...
El jardín de los sueños.

 
Nos tocó buscar otra bajada, pero valió la pena descubrir este rincón.

 
Ya cerca del bosque, el Bodón saca la gaita como señor del Curueño.

 
Y nos asomamos a la cara Sur, que es la escogida para la vuelta a por el coche.

 
Bajo la atenta mirada de Las Pintas y el Llerenes

 
El bosque está precioso con las recién estrenadas hojas de las hayas
 
 
 En medio del bosque sigue habiendo vestigios de aristas a las que no podemos resistir encaramarnos y no nos arrepentimos.
 

 
Contemplamos la arista desde un sitio privilegiado

 
El fotógrafo seguía susurrando...

 
Claro que no me extraña, si esto vio mi cámara de juguete,
que no vería la suya...

 
Ya sin ninguna prisa nos recorrimos las laderas sur, en las que vimos a dos rebecas con sus crías, bien enseñadas para salir corriendo, se perdieron la foto.

 

 
Y por este collado en el que hay restos de una antigua braña, bajamos a la carretera para recoger nuestro coche.

 
Nos daba pena abandonar estas tierras tan entrañables y decidimos volver por el puerto de las Señales, Tarna, Riaño, con tal de seguir viendo montañas...
... de seguir soñando.
Desde lejos le susurramos un hasta pronto.



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