miércoles, 15 de julio de 2015

Peña Santa

Peña Santa era otro de los sueños, pero no sólo, lo había soñado a lo grande.
Nos falló el viaje a Pirineos y nos cuadraba, no lo pensamos, nos fuimos a dormir a Caín, para tenerlo cerca y meternos en ambiente.

No madrugamos mucho, pues teníamos todo el día para llegar a la base y nos sobraba tiempo, nada más pasar Caín de Arriba ya nos sobraba calor y el panorama se ponía cuesta arriba.


Esta ruta es preciosa, por eso pensamos en ella, te va regalando a cada paso paisajes únicos de Picos de Europa.

Todo no se puede tener, a cambio te metes en el cuerpo unos desniveles descomunales.

Antes de llegar a Mesones, ya está Caín en las profundidades del valle de Valdeón.

 Desde la majada de Mesones parece que Piedra Lengua está al alcance de nuestros pies…

Mirando hacia atrás tenemos esta bonita vista del Jultayu con la majada de Mesones.

Y la última oportunidad de ver Caín, enseguida lo perderemos de vista.

Dejamos a nuestra derecha la Peña Blanca, La Robliza y Piedra Lengua.

 A nuestra izquierda los Basares y la Brecha de los Cazadores.

Y pasamos por el Boquete al Jou Santo.

Hacía ya un calor infernal, era imposible encontrar un rebeco fuera de los neveros.

Este es nuestro primer contacto con el objetivo, por fin Peña Santa no está demasiado lejos, sólo un poco alta, pero todo se andará.

Mirar la inmensidad del Jou Santo con estas temperaturas es un auténtico panorama, pero es lo que hay, se baja y se sube.

La Torre de Santa María, la Torre de Enmedio y la Torre de las Tres Marías

La Torre Canal Parda, justo desde el collado que divide en dos el Jou Santo, aquí se junta nuestra ruta con la que viene del refugio de Vegarredonda.

Continuamos ya sin senda, siguiendo los hitos que nos acercan al pie de Peña Santa por un camino bien entretenido.

Encontramos el vivac ideal, con una piedra que nos permite poner al menos la cabeza a la sombra.

Y al lado de un nevero que nos permitió montar esta planta potabilizadora de agua, una hora deshaciendo nieve, para poder hidratarnos de la que nos había pegado “Mariano”.

Como soy un sentimental, me entretuve en disfrutar de los mini jardines de montaña, os dejo esta Linaria que me recuerda a las que llamamos pajarillos que hay por los prados de Espinosa.

El sol ya se ponía por detrás de la Torre de las Tres Marías.

Dani Contempla el panorama desde su atalaya con el collado de La Forcadona a sus espaldas.

En lo que terminaba de anochecer aprovechamos para prepararnos la cena.

Las últimas luces del martes teñían las paredes de Peña Santa de tonos naranjas.

Cuando la luz bajo lo suficiente nos fuimos a dormir, que amanece pronto.

El miércoles amaneció a las seis de la mañana, desayunamos y preparamos la mochila, a las siete menos cuarto nos encaminamos hacia la canal, el sol ya acariciaba la cima de Peña Santa.

En dirección hacia La Forcadona fuimos ganando altura.

A poca altura que ganamos tenemos esta vista del Boquete con Piedra Lengua y la luz del día pidiendo paso.

A las siete estábamos al pie de la canal.

El principio se sube por las típicas grietas de la caliza.

Estamos cargados de ilusión y el día amanece precioso, huele bien.

El primer resalte es el más exigente, pero lo superamos sin demasiada dificultad.

La Canal Estrecha es sencilla de progresar.

Hay varios pasos en los que hay que andar fino.

Pero se superan bien.

Todos subimos por el mismo sitio y hay que tener en cuenta que la piedra está muy sobada.

Subiendo con tranquilidad. Hay los agarres justos, pero no faltan.

La Canal no es tan tendida como parece en las fotos, pero tampoco da sensación de demasiado vertical.

El último paso, ya se ve la luz.

Aprovecho para inmortalizar el día que amanece.

Aúpa que ya estamos arriba.

Llegamos a la Brecha Norte, por la que pasamos a la cara Sur.

La vista reconforta el ánimo, entre la Torre del Friero y Torre Bermeja, todo el cordal de nuestra Montaña Palentina.

A nuestra izquierda se ve lo poco que nos queda. Hay que ser positivos.

Afrontamos esta arista de nada.

Yo aprovecho para hacer fotos.

Parece muy aérea y lo es, y vamos sin encordar, lo cierto es que con la roca seca se progresa con mucha seguridad, pero cada uno tiene que valorar.

Luego esta otra trepadilla nos lleva a otro collado por el que volvemos a la cara Norte.

Desde el collado la Torre del Torco, la Torre de las Tres Marías, La Torre de Enmedio y la Torre de Santa María.

Por la cara Norte se hace una travesía con pasos de grado II pero bastante aéreos, no es difícil, pero hay que estar templado.

En una grieta te asomas a la Sur y ves esta curiosa erosión en las llambrias.

En algo más de cien metros se llega a una canal fácil que te sube al cielo.

Pensábamos que habíamos subido montañas, pero Peña Santa las deja pequeñas. Satisfacción y orgullo a partes iguales.

Damos una vuelta, la Montaña Palentina.

 Los Urrieles sobre el mar de nubes del valle de Valdeón.

La niebla en el valle de Valdeón parece un gran río en busca del mar.

Torre Canal Parda, La Robliza, Peña Blanca, Piedra Lengua,Cuvicente, Jultayu…

El Jou Santo y la Torre de Santa María.

Torre del Torco, la Torre de las Tres Marias, La Torre de Enmedio y la Torre de Santa María. Detrás el mar de nubes.

 A la derecha de Dani el Mampodre y a su izquierda la montaña de Riaño.

La zona de Vegabaño y Sajambre con Peña Beza y el Canto Cabronero.

La Canal de Capozo hacia el valle de Valdeón.

Subir es una cosa, pero bajar es otra, hay que asegurar lo más posible. 

Una cuerda de sesenta metros para rapelar es el ideal.

Casi desde la misma cima salimos haciendo un primer rapel que nos evita la canal y el paso más comprometido.

Luego desandamos la travesía por la Norte y hacemos algún destrepe para llegar a la Canal Estrecha.

Ya en la canal hacemos tres rapel más que nos dejan abajo.



Recogemos el campamento y llenamos de agua todo lo que tenemos, lo de ayer no se nos olvida pronto. Y vamos de camino hacia el Boquete.

Al pasar el Boquete vemos la niebla con ansias de fresquito.

Y comenzamos a descender sin pensar en el dolor de piernas.

Los Puertos de Cuba y Los Cabritos, siempre me llaman la atención, un día vengo a verlos de cerca.

Cuando empezamos a ver la majada de Mesones, la niebla empieza a difuminarse.

En vista de que el fresquito se nos escapaba decidimos parar a comer en Mesones. Llevamos hoy en las piernas 500 m, de subida y nos van a salir 2300 m, de bajada. 
Era un reto bien bonito y nadie dijo que fuera fácil, los sueños son para soñarlos.

Caín estaba aún muy abajo, pero poco a poco le fuimos recortando trecho, la verdad es que se baja muy deprisa, demasiado quizás para las piernas, pero no se puede frenar.

Cuando llegamos a la altura de la cascada de la riega de La Pasada ya sabíamos que cerca estaba la fuente de Cuciáu para saciar nuestra sed y recobrar las fuerzas para terminar nuestra maravillosa aventura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario