miércoles, 22 de julio de 2015

El Llambrión

Serían las siete y media de la mañana cuando subíamos el puerto de Piedrasluengas y de reojo desde una curva, ya cerca del pueblo, los vi en el valle. En cuanto gané un poco más de altura para poderles ver paré y cogí la máquina de fotos.

Estaban lejos, pero enseguida se dieron cuenta de nuestra presencia intimidadora y pusieron tierra de por medio. Tenía tantas ganas de verlos un día que la poca calidad de las fotos con el zoom a tope es lo de menos.

Cuando llegamos a Fuente Dé, una niebla meona prometía un mal día, después de la fuerte tormenta del martes todos nos aconsejaban no subir, pero veníamos de Pucela y habíamos visto la niebla desde lejos.


Los lagos de Lloroza habían recuperado algo de agua.

Y una vez abandonado el camino en la Vueltona, cada metro que ascendemos  es un metro que ponemos entre lo malo y lo bueno.

El cielo azul sobre el Madejuno y el Tiro Llago nos confirman que lo que vimos desde Piedrasluengas era verdad, la niebla está por debajo de los dos mil metros.

Debajo de Horcados Rojos y a pesar del calor, hay nieve como siempre en estas épocas.

No eran las once y estábamos en Cabaña Verónica, la niebla a esta altura eran vestigios de lo que había en los valles.

El viento jugaba con ella y la Torre de los Horcados Rojos aprovechaba para ponerse bonita y salir en la foto.

Cruzamos los Jous Sengros por la parte alta para no perder altura, las grietas de fusión de los neveros son verdaderas autopistas después de tanto calor.

En menos de una hora estábamos en la Collada Blanca, contemplando el panorama en el Jou Trasllambrión. Buen sitio para almorzar.

Hacia la derecha iríamos al Jou Grande Cimero, vigilado por El Picón.

En cuanto andamos un poco ya aparece el cordal de Torre Cerredo.

El Jou Trasllambrión hay que bajarlo casi hasta el fondo para evitar enriscarse y luego poco a poco lo remontamos entre piedra suelta y neveros.

Algunos neveros son más grandes de lo que me imaginaba.

Pasada la una ya habíamos superado todos los neveros y nos encontrábamos en nuestra salsa, piedra y más piedra. El principio es muy tendido, aunque a veces te hace echar las manos.

Luego una chimenea que tampoco es demasiado vertical por la que se sube muy bien.

Después gira a la izquierda y hay un paso muy estrecho en el que reptas o te quitas la mochila, pero se puede esquivar bien por la parte exterior en un paso aéreo, pero con buenos agarres.

El último tramo es más vertical, con los agarres justos, pero no faltan. Te deja justo en la arista sobre una llambria, es el paso más delicado, pero se desciende fácil a terreno más seguro.

Por el que hacer cumbre ya es un paseo y un verdadero placer, el mirador es espectacular.

Felices de compartir cumbre, de nuevo el trío del Midi juntos en otra cima.

En los parques naturales no se pueden cortar flores, pero la tecnología me permite poner estas lo más cerca posible del cielo.

Desde la cima, el Tiro Tirso y la Torre Blanca, al fondo Peña Vieja, los picos de Santa Ana y los Tiros Navarro.

Entre el Tesorero y los picos Arenizas, el pico Urriellu.

Los picos de Dobresengros, el pico de Los Cabrones, Torre Cerredo, Torre Bermeja, Torres de Coello y el Tiro del Oso.

De nuevo muy cerca la Torre de la Palanca, Torre Diego Mella, Torre Delgado Úbeda, y Torre Peñalba.

La Torre Casiano de Prado y la Torre de las Minas de Carbón. Detrás la Torre del Friero, la Torre del Hoyo de Liordes y la Torre de Salinas.

El collado de Pedabejo con su torre, La Peña Regaliz, Peña Remoña y el pico de La Padierna, sobre la Vega de Liordes.

Mirando hacia abajo el paraíso de Collado Jermoso.

Y al fondo Peña Santa, y ahora que lo conozco, distingo bien la Torre de las Tres Marías, la Torre de Enmedio y la Torre de Santa María.

Para el descenso escogemos una canal a la derecha de la de subida, es más vertical, pero nos permite montar un rapel de 15 m. que nos evita el destrepe.



Luego otra vez la inmensidad del Jou, sus grandes neveros son una suerte, la nieve no está demasiado dura y el descenso se hace muy bien.

Algunos a pesar el calor de este mes, van a resistir todo el verano. Hay mucha nieve.



Entre las piedras nos encontramos este saltamontes tan poco común y me propuse ponerle nombre, Que era un Orthoptero era lo único que sabía, ahora sé que es Podisma carpetana ignatti.

De vuelta a Collada Blanca.

Bajando hacia Cabaña Verónica, se van dando las últimas explicaciones.

Llegando a la Vueltona ya vamos asumiendo que de nuevo nos vamos a mojar, pero que importa después de un día de montaña maravilloso.

Llegamos al teleférico empapados y para secarnos nos tomamos una jarra de cerveza y entre la satisfacción de la ruta y la cerveza se baja tan contento. Eso sí, pensando en volver.

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