Lores es un pueblo pequeño en el corazón de La Pernía, con 15
habitantes, la tranquilidad y la amabilidad de sus gentes son su principal
riqueza, junto con su lavadero, su molino, su ermita y la casa túnel.
Salimos por el camino que remonta el arroyo Gerino y aunque era
temprano, los primeros rayos de sol nos libraban del frío de la helada de la
noche.
Las zonas sombrías no verán la manera de librarse de la
escarcha.
Llegando a Las Tenadas ya divisamos por encima de los bosque
las Peñas de Carazo y la Horca de Lores.
Luego afrontamos las primeras subidas de la ruta dándole la
espalda a la sierra de Peñalabra.
Para meternos luego por el bosque donde recorremos estos
caminos de ensueño.
Para volver a salir en la zona de Las Corderas por encima ya
de los 1700 m. con unas vistas impresionantes.
Los servales de cazadores, desnudos ya de hojas, lucen en plenitud
el precioso manto rojo de sus frutos.
Mientras comemos el bocata, disfrutamos de esta vista de
Peña Brez y recordamos viejas rutas.
Luego seguimos hacia el sestil alto, rodeando al alto de Braña
Seca.
Desde aquí ya vemos al fondo nuestro objetivo y en el
horizonte los Picos de Europa.
Llegando al collado Secarro se nos aparece la impresionante
Peña Prieta.
Y el majestuoso Curavacas.
Luego continuamos bordeando la Peña Horcada y el alto de La
Cardina.
Desde el collado de Las Cardinas la vista de Peña Prieta es
espectacular.
La cumbre ya está a nuestro alcance.
Ya sólo falta subir a tocar la cima y colocar el objetivo en
este mirador.
Para tener esta vista de Picos de Europa en la que se ven cumbres de sus tres macizos.
La zona del Llambrión, El Tesorero de blanco, Peña Vieja,
los picos de Santa Ana, Los Tiros Navaro, La Collada Bonita y el Pico Urriellu…
El pico Cortés, La Morra de Lechugales, La silla de Caballo Cimera, El
Samelar…
El grupo, sólo catorce, nos falta la niña bonita… buuuuffff
y la paridad…
Descendiendo hacia Chozo Piedras.
Después nos metemos de nuevo en los bosques mágicos.
Las luces de la tarde juegan al escondite con las hayas y
los acebos.
En el Alto Velasco cogemos el valle del río Rilores.
Compartimos las praderas con los caballos.
Ya cerca del pueblo cruzamos el río.
Y por la casa túnel volvimos a la realidad.
Mientras los últimos rayos del sol se apagan, se va
encendiendo la luna, la iglesia de San Lorenzo se va difuminando en la
obscuridad de la noche, la algarabía de tanto montañero, dará paso al silencio.
Guapa ruta, Goyo! Ya veo que ni gota de nieve allá arriba. Pero ya llegará, que al invierno no se le come el lobo...
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha dicho una señora de Lores que esta luna vuelve a nevar y que en enero y febrero no nieva...
EliminarUn abrazo