martes, 6 de diciembre de 2016

Montihuero

La niebla lo envolvía todo, menos nuestra esperanza, nada más salir de La Riera ya estaba claro que despejaba pronto y el guía despliega su gps manual para señalar la ruta.

Los juegos entre el sol y la niebla hacen que el comienzo de nuestra ruta sea un continuo cambio de ambientes que potencian la magia de esta tierra de Babia.



No habíamos llegado a la altura de la fuente del gato cuando la niebla se rindió ante nosotros y nos dejó el terreno despejado.

Ya desde aquí se veía casi toda la ruta, una línea de nieve nos marca el corredor por el que queremos subir.

El fresco de la mañana se marcha con la niebla y el desnivel nos hace entrar en calor.

Se anda muy cómodo por este terreno y enseguida ganamos altura.

La vista del valle también va ganando belleza.

Dejamos a nuestras espaldas el valle de Corralines por el que subimos.

Para atravesar la muralla de caliza por esta uve que nos da paso al corredor que se veía desde abajo.


Una vez superada, seguimos el hilo de nieve que nos lleva a la cuenca superior.

Al final del corredor aumenta un poco la nieve, pero tiene pinta de que será poco blanca la Navidad.

Con la altura que hemos ganado ya estamos más cerca de tocar el cielo que la niebla.

La cuenca superior tiene poca nieve para lo que se suele amontonar en esta zona, pero nos hace ilusión.


Desde la arista de la cumbre el cielo es nuestro y el valle visto desde aquí, sigue en la tranquilidad de los sueños. Desde abajo, envuelto en la tristeza de la niebla.

Desde la cumbre miro hacia Peña Orniz y aún me duelen las piernas de aquella caminata.

Mirando a Peña Chana, recordamos la foto que nos hizo desde ella Javier González mientras subíamos aquel día por la norte del Montihuero que parecíamos hormiguitas.

La Peña de los Años, que fue el aperitivo antes de la subida a Peña Orniz, estábamos muy en forma por aquellos tiempos.

El equipo humano, imprescindible para un gran día de montaña.

Para el descenso primero recorrimos la arista en dirección Oeste.

No era tarde y no queríamos perder altura, había que disfrutar del espectáculo.

Nos fuimos a asomar al balcón de la cuenca Norte.

Para disfrutar de la laguna de Las Verdes, hoy blanquinegra, pero volverá la primavera…

A nuestra espalda el valle De La Fuenfría por el que descendimos y en cuyas praderas paramos a comer y disfrutar del regalo que nos brindó el sol, dudo que sea constitucional en Diciembre, pero era el día…

Cuando se terminan las praderas altas una puerta nos delimita dos territorios, para nosotros siempre es de entrada…

Hoy que la pasamos de bajada, es la entrada en los maravillosos valles de Babia.

Infinidad de pequeños rincones que se graban en nuestra memoria para seguir siempre recordándonos que a pesar de la distancia hay que volver…

Con las últimas luces de la tarde dándole tonos dorados a los recuerdos de este día, llegamos de nueva a La Riera, el día está terminando…

Las ovejas aprovechan para comer los últimos brotes antes de que la noche lo oscurezca todo, las chimeneas se apresuran a calentar todos los rincones de las casas antes de que llegue el frío de la noche.

2 comentarios:

  1. Ayer por fin se cumplió uno de mis deseos al conocer una muestra de la hermosa comarca de Babia. El buen día que hizo nos ayudó a disfrutar de una excursión bucólica y contemplativa.

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  2. Ayer por fin se cumplió uno de mis deseos al conocer una muestra de la hermosa comarca de Babia. El buen día que hizo nos ayudó a disfrutar de una excursión bucólica y contemplativa.

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