sábado, 26 de agosto de 2017

Ferrata de Camaleño

En el pueblo Cántabro de Los Llanos, municipio de Camaleño se encuentra esta ferrata, no muy larga, pero muy interesante, que sigue creciendo para satisfacer a los aficionados.

Tiene tres recorridos, uno que encadena tres largos en vertical y te lleva derecho a la cima, otro de dificultad media, que en el tercer largo cruza la pared bajo un techo y al otro lado en una salida muy interesante te sube a la cima y un tercer tramo nuevo sobre el techo que es una travesía difícil, una K5…


Hoy nuestra funambulista venía dispuesta a darlo todo y se pide de primera.

El primer largo es chulo, de esos que te van echando a un lado y te obligan a estar atento todo el recorrido.

Enseguida llegamos a un descansillo desde donde contemplar bien esta Peña de la Cotera de la Cruz que tenemos que superar.

Un buen sitio para descansar un poco sentados sobre el vacío. 

Pero poco, que la guía tiene prisa.

El segundo largo es más cómo y se supera muy deprisa.

Nos deja en una buena repisa donde reunir al grupo, para disfrutar de las vistas.

El tercero es el definitivo, nos presenta tres opciones.

Subiendo se disfruta de esta vista de Los Llanos y los descansos de los dos primeros largos.

También e disfruta contemplando lo que nos queda, venimos buscando aventura y esto promete.

Nuestra guía recortando silueta sobre las aristas.

Por detrás se lo van pasando pipa, es un recorrido molón.

Este es el primer cruce, hay que escoger, o subimos por una K2 a la cima, o nos metemos a la izquierda por una K4.

Y como viene a darlo todo, escoge la más difícil.

Por detrás se miraba al puente con incertidumbre, la entrada no es mala, pero no se ve clara.

Ella es tranquila, lo echa una buena mirada para ver por dónde, hay muchos cables y no se pueden cometer errores.

Detrás ya se ve la entrada más clara y nos volvemos a reír…

Mientras tanto la funambulista desafía al vacío y al horizonte incierto y vertical que la espera.

Este puente tibetano está montado en un sitio magnífico, la entrada es preciosa.

Y la salida como una droga, yo ya quiero volver a pasar.

En esta panza vertical y pelin extraplomada, nos vamos agarrando como lapas para esperar al último y hacer alguna foto.

El puente ya visto casi desde arriba, para que digan que no hay patio…

Nuestra guía está pasando el cruce por el que viene el tramo de K5 que pasa sobre el techo.

Una vez que estamos todos fuera del puente, seguimos para arriba.

Y en un pis pas, alcanzamos la cima.

Posamos tan contentos con el subidón de la subida y aprovechamos para comer algo.

Descendimos hasta el descanso del segundo largo y comenzamos a subir de nuevo el tercero.

Pasamos el cruce del puente y estuvimos mirando la entrada del tramo de K5, pero decidimos dejarlo para otra ocasión.

Seguimos recto por el tramo sencillo.

Y de nuevo estábamos en la cima.

Descendimos poco a poco con Mogrobejo de fondo.

Las nubes estaban tomando el cielo, a La Morra de Lechugales le habían colocado un sombrero blanco, nosotros ya sólo pensábamos en el cocido montañes que nos esperaba en Potes.

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