miércoles, 23 de febrero de 2022

Cordal de Aguasalio

Es mi segundo intento del cordal de Aguasalio, el año pasado era primavera, pero la niebla y el frío me lo hicieron imposible, hoy el tiempo es esplendido. Salgo de Pino Llano disfrutando de la preciosa vista del corredor Noreste del Espigüete.

Un poco más arriba bajo el cordal de los Altos de la Hoya de Martín Vaquero y La Cerezuela se precipita por la grieta que ha tallado en la roca la cascada de Mazobre.

Superado el farallón, escoltan al arroyo los abedules, que desprovistos de sus hojas, se muestran en todo su esplendor.

El Espigüete ya lo tengo a mis espaldas y ahora son el corredor Norte y la arista Oeste las que se dejan ver.

Tras la remontada por todo el valle se abre ante la vista el circo de Mazobre, desde aquí es la nieve la que lo cubre todo.

Según me acercaba a la Montaña Palentina pensaba que no habría nieve, pero esta gran cuenca protegida de los vientos del norte está impresionante.

Para alcanzar la primera arista te das un buen calentón. Hay una capa de nieve nueva caída los últimos días que me permite subir sin crampones.

Ahí aparece una pequeña cuenca glaciar en la que está la lagunilla de Mazobre.

Los Altos de la Hoya de Martín Vaquero ya les veo más asequibles, me faltaran unos trescientos metros de desnivel.

Pero el paisaje hace que sea muy llevadero, la arista de los Altos de Arra está impresionante.

Con otro poco de esfuerzo alcanzo el collado y por una senda ya sin nieve la cumbre a 2112 m.

Justo detrás tengo el Espigüete y los Altos de Arra.

A la derecha todo el valle de Mazobre que sube desde la carretera de Cardaño.

Entre las cumbres, al fondo aparece el Curavacas, La Curruquilla, Hoya Contina y Las Canchas de Ojeda.

De frente disfruto de una buena vista de Los Picos de Europa.

Y a mi izquierda el cordal de Aguasalio que es el que me ha traído hasta aquí.

El primer tramo es el único llano y además con nieve se hace muy bien.

Siempre teniendo muy presente lo que se tiene al lado, este cordal es bastante aéreo.

La primera de las cumbres se alcanza con mucha facilidad.

Contemplar lo que queda es impresionante, como paisaje que te crea dependencia y como reto personal que me desafía.

Esta es una de las partes más inciertas de todo el cordal, hay que valorar las opciones para no arriesgar más de lo necesario.

Algunos pasos que en verano y en seco son algo difíciles, hoy con nieve eran más tensos y había que pensarlos un poco más.

Mientras contemplaba absorto la belleza de esta ladera se produjo una estampida de rebecos que me maravilló. Estaban tan tranquilos en las rocas y a esa distancia me consideraron una amenaza. Si no se mueven ni les veo.


Luego me toco hacer un destrepe por una canal en la cara sur un tanto incierta, pero es la mejor opción que encontré. Casi seguro que en verano se pasa por la norte, pero estaba muy peligroso.

Superados estos escollos ya todo parece mejor, pero como buen atlético voy partido a partido.

A medida que avanzo se me van ensanchando las posibilidades de progresar.

Sin relajarme en exceso, que hacia el norte sigue habiendo patio.

La segunda cumbre la alcanzo por neveros  bien transformados y seguros.

Todavía me queda un buen panorama y ya son la dos del mediodía. Me parece un tramo bastante asequible, pero siempre intento ser coherente con la seguridad y en invierno hay que estar abajo dos horas antes del anochecer.

Mientras contemplo el pico Murcia decido que para otra vez hay que madrugar más.

Como buen rutero pienso que  ir y venir todo es ir y es lo que me gusta. Miro la arista en dirección contraria y la veo como nueva, a estrenar.

Lo bueno de volver con tiempo es que no hay prisa, desciendo con prudencia y disfruto del paisaje.

Afronto con calma la zona más compleja, ahora ya sé por dónde y que se puede.

Ya en la primera cumbre se que todo es cuestión de andar hasta el Alto y tirarse valle abajo siguiendo la corriente del arroyo.

La cuenca superior del Mazobre esta espectacular.

El arroyo todavía está tapado por la nieve, sólo asoma en las pequeñas cascadas.

Cuando se acaba el circo de Mazobre se va terminando la nieve y el arroyo ya en superficie se precipita por el valle cada vez más encajonado.

Por encima de la cascada de Mazobre, está esta de Martín Vaquero. Yo como ya no tenía prisa aproveche para ducharme, tampoco mucho tiempo, estaba el agua caliente para mi gusto.


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