Cuartas

Teníamos pendiente la revancha con el Cuartas, pero esta vez cambiamos el punto de salida, empezamos en el alto de San Glorio desde donde nos encaminamos hacia el Portillo del Boquerón.

Este paso a 1565 m. está más bajo que el puerto de San Glorio, por el pasaremos al valle del Naranco.

Una vez en el valle giraremos a nuestra izquierda, hacia el refugio de Tajahierro, al que no hace falta acercarse.

Al fondo del valle a la derecha encontraremos la senda que nos sube al Boquerón de Bobias.

Este segundo paso está a 1859 m. y por el pasaremos al valle de Lechada, perdiendo algo de desnivel.

Desde aquí a pesar de la niebla, empezamos a ver nuestro objetivo y a soñar con poder disfrutar de buenas vistas.

El pico Lomas, el Cuartas, el alto de La Virgen Loca y a la derecha la ladera del Campo de Gibraltar que rodearemos por la derecha.

Remontando el Campo de Gibraltar con el valle de Lechada de fondo.

Recorriendo las últimas rampas hacia La Virgen Loca.

El viento talla sus sueños en la nieve y da pena pisarlos…

El Frontino, pico Cebolleda y el alto de la Hoya de Pedro Miguel, por donde subimos hace quince días.

Desde la Virgen Loca, Las Agujas de Cardaño, el Pico Lomas y el Cuartas.

Una parada para contemplar el paisaje espectacular y recobrar el aliento.

Ahí va de nuevo la luchadora, con los Picos de Europa de fondo.

Lo mejor de toda la ruta ha sido caminar a su lado, menudo despliegue de sacrificio y de superación que me regaló la campeona de Merche.

Sobre Las Lomas y las Agujas de Cardaño, el Tres Provincias y detrás el alto del Infierno y Peña Prieta.

Superados los miedos y las fatigas, ya sólo nos quedaba el paseo por la arista hacia la cumbre, ha sido duro, pero estas cumbres se nos graban a fuego. Merche y el Cuartas siempre tendrán algo en común.

La foto para recordar este día que parece bueno, y lo es por las vistas, pero del más crudo invierno…

Sobre el cordal de la Montaña Palentina, y entre las nubes, aparece el Espigüete.

El Curavacas no nos prestó atención, estaba jugando con las nubes.

Impresionante la arista del Cuartas con el mar de nubes tapando La Liébana.

Descendiendo hacia la Virgen Loca.

Hacía bien de frío, pero daba pena abandonar estas aristas.

En cuanto perdimos altura, la niebla nos estaba esperando.

Por el valle del Naranco, de camino al Portillo del Boquerón, comenzó a nevar.