Ya tenía ganas de volver a tierras salmantinas, a contemplar
estas dehesas en las que el hombre esculpe la naturaleza creando verdaderas
obras de arte.
A recordar de cerca ese corredor central de los Dos
Hermanitos. Parece que fue ayer y han pasado ya tres años, pero fue un momento
mágico…
Esta vez comenzamos como tantos otros carnavales desayunando
torrijas para coger energía.
Salimos desde la plataforma del Travieso, los coches los
tuvimos que dejar un poco más abajo porque la nieve cortaba la carretera que “alguien”
se niega a limpiar.
Amanecía un día perfecto, el fresco justo para que la nieve
estuviera bien y el sol dispuesto a no dejarnos pasar demasiado frío.
Esta vez no subimos derechos al Calvitero, fuimos caminando
en dirección sur hacia la Vaguada del Hornillo.
Una vez superada la Vaguada continuamos por las laderas de
El Quemal siempre ganando altura, pero
sin subir al cordal.
Este recorrido es realmente bonito y nos permite subir más
tendido y evitar el descenso del Calvitero.
La nieve estaba en muy buenas condiciones y se remontaba con
poco esfuerzo, a nuestra izquierda dejamos el Calvitero.
Este último repecho nos da paso a la Loma de la Culebrilla.
Desde aquí el desnivel suaviza bastante y se hace muy llevadero.
Estas laderas discurren por debajo del Canchal de la Ceja y
nos llevan en dirección a Hoya Moros.
La vamos rodeando con la maravillosa vista de los Dos
Hermanitos.
Con un paisaje espectacular vamos ganando el poco desnivel
que nos queda.
Alcanzamos la arista con una nieve en muy buenas
condiciones.
Ya había ganas de pisar nieve dura…
Bordeamos las agujas de Hoya Moros y como siempre, son el
marco ideal para los Dos Hermanitos.
El cordal es un verdadero placer, caminar por un paraíso de luz.
Por estas dunas blancas que besan el cielo.
Que nos trasmiten la sensación de volar que tanto nos gusta.
Las lagunas de Venerofrío están tapadas por la nieve y el
hielo, pero hay muy poca y en el fondo se ve el incipiente río Cuerpo de Hombre
abriéndose paso entre la nieve.
Nosotros ya vemos la cumbre del Torreón y adivinamos el Paso
del Diablo.
Este podría haber estado peligroso por el hielo, pero estaba
con poquita nieve.
Superado el paso, hacemos cumbre en nada.
El día era realmente bueno, la contemplación de Gredos, El Cancho,
La Covacha, era imprescindible. Se veía todo lo que alcanzara la vista.
Comenzando el descenso con el Paso del Diablo de frente.
Una vez superado, dejamos El Torreón atrás.
Y vamos descendiendo las dunas con el Canchal de la Ceja
delante.
Es obligatorio mirar para atrás, para ver perderse en la
inmensidad del paisaje El Torreón y los Dos Hermanitos.
Desde el Canchal de La Ceja observamos el maravilloso contraste de la Sierra
de Bejar y la llanura castellana.
En su ladera norte, dejo apuntadas estas paredes para venir
a practicar un día.
Siguiendo el cordal llegamos hasta el Calvitero.
Y llegó el momento de afrontar la cruda realidad, hay que
descender hasta que se termine la nieve…
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