sábado, 25 de febrero de 2017

El Torreón

Ya tenía ganas de volver a tierras salmantinas, a contemplar estas dehesas en las que el hombre esculpe la naturaleza creando verdaderas obras de arte.

A recordar de cerca ese corredor central de los Dos Hermanitos. Parece que fue ayer y han pasado ya tres años, pero fue un momento mágico…


Esta vez comenzamos como tantos otros carnavales desayunando torrijas para coger energía.

Salimos desde la plataforma del Travieso, los coches los tuvimos que dejar un poco más abajo porque la nieve cortaba la carretera que “alguien” se niega a limpiar.

Amanecía un día perfecto, el fresco justo para que la nieve estuviera bien y el sol dispuesto a no dejarnos pasar demasiado frío.

Esta vez no subimos derechos al Calvitero, fuimos caminando en dirección sur hacia la Vaguada del Hornillo.

Una vez superada la Vaguada continuamos por las laderas de El  Quemal siempre ganando altura, pero sin subir al cordal.

Este recorrido es realmente bonito y nos permite subir más tendido y evitar el descenso del Calvitero.

La nieve estaba en muy buenas condiciones y se remontaba con poco esfuerzo, a nuestra izquierda dejamos el Calvitero.

Este último repecho nos da paso a la Loma de la Culebrilla.

Desde aquí el desnivel suaviza bastante y se hace muy llevadero.

Estas laderas discurren por debajo del Canchal de la Ceja y nos llevan en dirección a Hoya Moros.

La vamos rodeando con la maravillosa vista de los Dos Hermanitos.

Con un paisaje espectacular vamos ganando el poco desnivel que nos queda.

Alcanzamos la arista con una nieve en muy buenas condiciones.

Ya había ganas de pisar nieve dura…

Bordeamos las agujas de Hoya Moros y como siempre, son el marco ideal para los Dos Hermanitos.

El cordal es un verdadero placer, caminar por un paraíso de luz.

Por estas dunas blancas que besan el cielo.

Que nos trasmiten la sensación de volar que tanto nos gusta.

Las lagunas de Venerofrío están tapadas por la nieve y el hielo, pero hay muy poca y en el fondo se ve el incipiente río Cuerpo de Hombre abriéndose paso entre la nieve.

Nosotros ya vemos la cumbre del Torreón y adivinamos el Paso del Diablo.

Este podría haber estado peligroso por el hielo, pero estaba con poquita nieve.

Superado el paso, hacemos cumbre en nada.

El día era realmente bueno, la contemplación de Gredos, El Cancho, La Covacha, era imprescindible. Se veía todo lo que alcanzara la vista.

Comenzando el descenso con el Paso del Diablo de frente.

Una vez superado, dejamos El Torreón atrás.

Y vamos descendiendo las dunas con el Canchal de la Ceja delante.

Es obligatorio mirar para atrás, para ver perderse en la inmensidad del paisaje El Torreón y los Dos Hermanitos.

Desde el Canchal de La Ceja observamos el maravilloso contraste de la Sierra de Bejar y la llanura castellana.

En su ladera norte, dejo apuntadas estas paredes para venir a practicar un día.

Siguiendo el cordal llegamos hasta el Calvitero.

Y llegó el momento de afrontar la cruda realidad, hay que descender hasta que se termine la nieve…

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