sábado, 9 de febrero de 2019

Castro Valnera

Ya había ganas de que el tiempo y nuestros calendarios nos permitieran coincidir un día con el grupo de montaña La Escalerilla de Barruelo de Santullán para hacer juntos la ascensión al Castro Valnera desde el portillo de Lunada.

Dejamos nuestros coches en el cruce con la subida al EVA 12 que es lo que está abierto, comenzamos a caminar por la tapada carretera y cerca del alto la abandonamos para meternos en ambiente.

Pasamos las suaves rampas del Pico La Brena que nos sirven de calentamiento para afrontar las ya más exigentes que nos llevan al Canto Las Corvas.

Se ha quitado bastante nieve, pero la que hay está en buenas condiciones para caminar.

Remontamos por la divisoria entre Burgos y Cantabria, en la parte burgalesa tenemos las instalaciones de la estación de esquí de Lunada y de fondo Peña Lusa.

Después de un buen calentón aparece ante nosotros la placidez del Canto Las Corvas, momento de descaso y de autentico placer para los sentidos.

Carmelo se vino arriba… Mirad, se ve Barruelo de Santullán.

La verdad es que por ahí estará, lo que si se ve es la Montaña Palentina aunque cuesta distinguir sus cumbres. En primer plano la Peña de los Villares y La Mota de Cucolobrero.

A primera vista parece que la Cima Blanca y el Castro Valnera está ya casi a nuestro alcance.

 Pero mirándolo bien queda un buen trecho, es un panorama en todos los sentidos, para las fotos y para el que se proponga subirlo.

Como nadie quería dar un paso atrás, nos pusimos los crampones y nos lanzamos a descender la Canal del Embudo.

Después y bordeando siempre el Pico de La Miel, descendimos por otra canal hacia Torcaverosa  que nos proporcionó buen abrigo para comer el bocata.

Ya con las tripas en silencio le dimos la espalda al Pico de La Miel.

Y comenzamos a remontar el alto de La Pirulera.

Por el alcanzaríamos de nuevo la arista en la divisoria que nos dirige al mismísimo cielo.

Algunos tramos son un poco exigentes.


Otros bastante exigentes.

 Pero siempre resulta un recorrido impresionante en el que vas intercambiando miradas a uno y otro lado.

Tampoco hay que relajarse demasiado, esta subida también tiene bajadas y hay que estar siempre atento.

Un pequeño resalte en la arista nos obligará a echar las manos, pero tiene muy buenos agarres.

El premio al esfuerzo es alcanzar la Cima Blanca y sentir que aquí el cielo es más tuyo.

Desde aquí al Castro Valnera ya sólo nos queda una travesía cómoda, en la que disfrutar de las suaves canales de la parte burgalesa y de los vertiginosos cortados de la cántabra.

Y disfrutar de hacer cumbre en tan grata compañía, no sé porque será, pero los amigos en la montaña, son mucho más amigos.

Felices de lo conseguido, comenzamos el descenso, ahora es el Pico de La Miel el que está lejos y tendremos que volverlo a subir, este descenso tiene mucha cuesta arriba…

Con mucha prudencia y sin prisa destrepamos el resalte.

Paramos de nuevo en Torcaverosa a comer y luego fuimos remontando las canales por las que habíamos bajado.

Remontada la primera, una mirada a las cabañas del Bernacho, es muy probable que este fuera el paraíso terrenal, nunca he visto un manzano, culebras sí.

Luego remontamos la  Canal del Embudo.

Por la falda del Pico de la Miel volvimos a subir al Canto Las Corvas. Desde aquí el fuerte viento fue nuestro compañero de viaje.

Bajamos todo lo deprisa que fuimos capaces para cruzar el Portillo de Lunada y buscar refugio en nuestros coches.

1 comentario:

  1. Un placer compartir la ruta con vosotros. Esto habrá que hacerlo más a menudo. Un abrazo, Goyo.

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