Ya había ganas de que el tiempo y nuestros calendarios nos
permitieran coincidir un día con el grupo de montaña La Escalerilla de Barruelo
de Santullán para hacer juntos la ascensión al Castro Valnera desde el portillo
de Lunada.
Dejamos nuestros coches en el cruce con la subida al EVA 12
que es lo que está abierto, comenzamos a caminar por la tapada carretera y
cerca del alto la abandonamos para meternos en ambiente.
Pasamos las suaves rampas del Pico La Brena que nos sirven
de calentamiento para afrontar las ya más exigentes que nos llevan al Canto Las
Corvas.
Se ha quitado bastante nieve, pero la que hay está en buenas
condiciones para caminar.
Remontamos por la divisoria entre Burgos y Cantabria, en la
parte burgalesa tenemos las instalaciones de la estación de esquí de Lunada y
de fondo Peña Lusa.
Después de un buen calentón aparece ante nosotros la placidez
del Canto Las Corvas, momento de descaso y de autentico placer para los
sentidos.
Carmelo se vino arriba… Mirad, se ve Barruelo de Santullán.
La verdad es que por ahí estará, lo que si se ve es la Montaña
Palentina aunque cuesta distinguir sus cumbres. En primer plano la Peña de los
Villares y La Mota de Cucolobrero.
A primera vista parece que la Cima Blanca y el Castro
Valnera está ya casi a nuestro alcance.
Como nadie quería dar un paso atrás, nos pusimos los
crampones y nos lanzamos a descender la Canal del Embudo.
Después y bordeando siempre el Pico de La Miel, descendimos por
otra canal hacia Torcaverosa que nos
proporcionó buen abrigo para comer el bocata.
Ya con las tripas en silencio le dimos la espalda al Pico de
La Miel.
Y comenzamos a remontar el alto de La Pirulera.
Por el alcanzaríamos de nuevo la arista en la divisoria que
nos dirige al mismísimo cielo.
Algunos tramos son un poco exigentes.
Otros bastante exigentes.
Tampoco hay que relajarse demasiado, esta subida también tiene
bajadas y hay que estar siempre atento.
Un pequeño resalte en la arista nos obligará a echar las manos, pero tiene muy buenos agarres.
El premio al esfuerzo es alcanzar la Cima Blanca y sentir
que aquí el cielo es más tuyo.
Desde aquí al Castro Valnera ya sólo nos queda una travesía cómoda,
en la que disfrutar de las suaves canales de la parte burgalesa y de los
vertiginosos cortados de la cántabra.
Y disfrutar de hacer cumbre en tan grata compañía, no sé
porque será, pero los amigos en la montaña, son mucho más amigos.
Felices de lo conseguido, comenzamos el descenso, ahora es
el Pico de La Miel el que está lejos y tendremos que volverlo a subir, este
descenso tiene mucha cuesta arriba…
Con mucha prudencia y sin prisa destrepamos el resalte.
Paramos de nuevo en Torcaverosa a comer y luego fuimos
remontando las canales por las que habíamos bajado.
Remontada la primera, una mirada a las cabañas del Bernacho,
es muy probable que este fuera el paraíso terrenal, nunca he visto un manzano,
culebras sí.
Luego remontamos la Canal
del Embudo.
Por la falda del Pico de la Miel volvimos a subir al Canto
Las Corvas. Desde aquí el fuerte viento fue nuestro compañero de viaje.
Bajamos todo lo deprisa que fuimos capaces para cruzar el
Portillo de Lunada y buscar refugio en nuestros coches.
Un placer compartir la ruta con vosotros. Esto habrá que hacerlo más a menudo. Un abrazo, Goyo.
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