domingo, 28 de abril de 2019

Travesía Golobar - Tres Mares

Salimos del Golobar muy temprano, emergimos de entre la niebla como si quisiéramos dejar bajo ella la rutina de cada día, los quehaceres y las fatigas, para experimentar otra vez más la sensación de libertad que da mirar atrás y no ver más que nuestra sombra.

La salida es muy fuerte y sin calentar, pero alcanzado el collado del Sel de la Fuente la mirada se expande hacia un horizonte limpio e inmenso.


Una breve parada para dejar que los primeros rayos del sol calienten nuestros cuerpos y los recargue de la energía que vamos a necesitar para alcanzar nuestro objetivo.

Luego un descenso y la suave travesía hasta el cuestarrón que nos sube al Cueto Mañín, es una subida poco técnica, pero que exige un esfuerzo generoso.

Su cima es una loma placida que da continuidad casi sin desnivel hasta el alto de Cotamañinos.


Desde aquí, ya por encima de los dos mil metros, la nieve es abundante y bastante dura, lo que nos exige prestar bastante atención.

Mientras descendemos tenemos una vista maravillosa de todo el cordal que nos queda por recorrer de esta sierra de Peña Labra.

Todo este tramo lo hacemos con nieve dura, lo que nos permite avanzar a buen paso y con seguridad.

La subida al Cuchillón ya pinta de otra manera, promete ser entretenida.

No es una subida demasiado larga, pero se va poniendo más pindia a cada paso que damos.

Al final nos obligó a echar las manos, pero resultó una subida muy entretenida y sin mayores dificultades.

Una vez alcanzado el filo del cuchillo, lo recorrimos hasta la cumbre con cuidado de no cortarnos.

Luego por el mismo filo fuimos caminando en dirección al pico Tres Mares.

El descenso nos proporciona unas vistas espectaculares, al Tres Mares lo escoltan al fondo los Picos de Europa y el Cornón de Peña Sagra.

Pasamos algunas grietas en las que tuvimos que mostrar nuestras habilidades de trepadores.

Y la paciencia de la cola del super…

Después continuamos por una senda a media ladera, en algunos puntos aérea, pero sin mayores peligros.

Esta termina en una grieta que es el único paso, así que sin pensarlo, todos para abajo.

Luego continuamos descendiendo por terreno más suave, y el Tres Mares cada vez se hacía más alto.

Descendimos hasta el collado de Los Asnos.

Desde el collado afrontamos casi toda la subida con nieve dura, pero al ser orientación Este se marcaba bien huella y era seguro.

Lo que no era es suave, afrontamos un buen desnivel en muy poco recorrido.

Una subida intensa pero muy bonita, con el Cuchillón a nuestra izquierda.

La cumbre del Tres Mares con Peña Labra de fondo, yo es ver Burgos y no me puedo aguantar.

El recorrido previsto era llegar hasta Peña Labra, por este decorado espectacular, pero en la cara Norte la nieve estaba muy dura y se decidió no arriesgar, a mi entender de forma correcta. Como dice nuestro compañero Jesús “soldado que se salva, vale para otra guerra”

Retrocedimos de nuevo al collado de Los Asnos y descendimos por la cara Sur, visto así en la foto parece muy difícil, pero sólo hay que ser prudente.

Cuando se acabó la piedra nos comimos algunas escobas, luego praderas hasta este chozo a 1550 metros.

Enseguida cogimos el camino que nos llevaría a Santa María de Redondo, pasando por el Rivero Pintado.

Esta formación geológica es el resultado del choque de dos placas tectónicas a mediados del carbonífero, ayer por la mañana, que diría mi madre.

En Santa María de Redondo nos recogió el bus que nos llevó a nuestra meta final, un buen cocido lebaniego en la Venta Pepín.

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