domingo, 30 de agosto de 2020

Ferrata de Las Buitreras

Antes de comenzar la ferrata apareció un buitre para rubricar el nombre y para enseñarnos el paso de entrada que la hace famosa. Una K4 que deja mal al resto de K4 que hemos hecho hasta la fecha.

Con la técnica de las dominadas se supera  bastante bien y no se tarda mucho, si fallan las fuerzas hay que asegurarse con una vaga y descansar antes de que sea tarde.

Como el paso se las trae, decidimos asegurarlo con una cuerda para dar más tranquilidad y evitar sustos, porque el cansancio puede hacerte caer si no estás en forma.

Siempre que vamos de ferratas llevo la cuerda por si acaso… es la primera vez que la usamos para progresar. Otra vez la usamos como rapel de escape.

Dicen que tiene un desplome de 10 m. yo creo que serán como mucho 8 m. pero bien intensos para los brazos.

Visto de frente no parece desplomado, pero da mejor idea de la presión que te puede meter este tramo.

El resto del equipo decidió que era más de lo que podrían superar y decidieron subir por la ferrata del Estrecho de Priego que es una K3. Así que recogimos la cuerda.

Y como nos habían dicho que pasado el desplome todo era un juego, nos dispusimos a jugar.

Fuimos jugando un buen rato para arriba.

Pero el juego se ponía cada vez más interesante.

Y jugábamos en vertical, mucho más vertical que cuando otras ferratas dicen vertical.

Cuando estaba llegando arriba incluso me impresionaba ver jugar a Merche.

Por una pared vertical de unos 70 m. hicimos una travesía espectacular que termina con otra subida extrapolada, corta, pero a 70 m. no resulta fácil, Merche y yo ya sabíamos que no era un juego y este paso lo volvimos a asegurar.

Con una pared de 70 m. bajo sus pies Merche desafió a la gravedad, a la tensión de la subida y a su propio “yo” que estaba ahí arriba.

Por si habíamos jugado poco luego nos encontramos esta esquina con un agarre en vertical que a esa altura tiene lo suyo. Yo no hice ni foto, esta para que lo veais la tomo prestada del blog “fjalejandre.blogspot.com”

Y después de una travesía por una faja sencilla, jugamos con esta esquina que a la vuelta tiene esta subida extraplomada que también aseguramos. Como decía mi madre “le zumba la pandereta”, la foto es también de “fjalejandre.blogspot.com” yo tenía bastante con la tensión.

Luego vienen los tramos de descenso que te dejan ver entre los apoyos los 70 m. de caída.

Un puente corto de aproxima a la siguiente travesía.

Que después de lo que llevamos sí que parece un juego.

Pero enseguida hay que volver a bajar.

Como toda la ferrata esta bajada va mejorando, empieza fácil.

Enseguida se va poniendo tensa.

Y termina por ponerse súper emocionante.


Para terminar con esta travesía a 60 m. sacando la espalda al vacío.

Otro puente cortito para saltar al siguiente bloque.

Y la última subida muy fácil para destensar los músculos.

Una mirada hacia el descenso que hemos hecho, no es difícil, es una K4, pero tampoco es un juego, de serlo, lo es con tu cabeza que te la pone a prueba. Esta ferrata tiene un factor sicológico que hay que valorar tanto o más que el físico, si me canso puedo descansar, si me agobio…

Aquí se juntan la K4 y la K3 por la que subieron Luis y Laura y por tanto nos volvemos a juntar los cuatro para descender juntos.

El descenso si que es un juego.

Lo hacemos por la pasarela del río Escabas que es una K1. Es un buen recurso que aporta más atractivo a estas dos ferratas.

Una pena no haber hecho los cuatro Las Buitreras, pero felices de terminar los cuatro juntos y sin sobresaltos.


 

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