Ver amanecer siempre es un espectáculo que cautiva, Riaño es uno de los mejores teatros para estas representaciones y con luna llena es una obra que lo magnifica.
Después de no poder tomar café porque estaba todo cerrado, nos subimos hasta el puerto de Las Señales a nuestra cita con el Pico del Lago.
Nosotros remontamos por la ladera del valle Riosol, en el que hay restos de varias minas de mercurio, perteneciente al alto Esla.
La subida al principio es dura y en poco tiempo alcanzamos altura para disfrutar de estas vistas del puerto de San Isidro.
Tirando de zoom casi nos subimos al pico Torres.
Una vez alcanzada la arista se convierte en una subida suave y disfrutona.
La nieve demasiado blanda y la posibilidad de esquivarla nos permitió subir sin crampones.
Fuimos encadenando pequeñas cumbres.
A nuestra izquierda las Peñas Ten y Pileñes y de fondo los Picos de Europa.
Cada diente de esta sierra era un pequeño reto.
Como la ruta es corta recorrimos toda la arista, sin atajos…
Para poder disfrutar del valle de Maraña y de un día esplendido.
El último tramo es más pindio, y con el Mampodre de fondo va ganando en espectacularidad.
Llegando a la cumbre.
Para el primer posado del año, ya era hora…
Justo debajo, tapadas por la nieve están las lagunas de Tronisco, de fondo el embalse del Porma y el Susarón.
De frente tenemos el pico de La Cruz, el Cervunal y La Polinosa. Con el zoom se aprecia bien toda la franja blanca del Canalizo paralelo a la arista.
La otra arista desciende hacia el Sur, cerrando el circo en el que está el pinar de Lillo.
Después de comer el bocata y tomar un rato el sol, emprendimos el regreso por el mismo sitio.
Hacia el Norte, a pesar de las nubes, se auguraba el mar.
Por dentro del pinar se caminaba peor por la cantidad de nieva acumulada.
Desde abajo otra mirada, ahora con el rescoldo que deja en la memoria una buena ruta, un día genial.
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