Las previsiones no eran muy buenas, pero el
día amaneció prometedor y aparcamos en Pino Llano con las pilas cargadas de las
mejores esperanzas.
Había una buena helada, los prados aún
tenían puesto el pijama de escarcha, cuando nosotros empezamos a remontar desde
el mismo aparcamiento en busca de la arista.
Se gana altura muy deprisa y al poco ya
entramos en contacto con la caliza.
Bendita sensación, a pesar del frió,
siempre me encanta tocar las piedras y agarrarme a ellas para progresar.
Hoy no nos vamos a aburrir, hasta que
alcancemos la última cima del Espigüete tenemos caliza para rato.
Siempre es bueno mirar desde la perspectiva
de los demás, paramos a mirar un rato con los ojos de nuestra montaña y se ve…
Una vista maravillosa del Curavacas asomándose
sobre las Canchas de Ojeda.
La Cerezuela, el Pico Murcia Peñas Caburdas
y Peñas Malas.
Aquí se terminó el buen día, se empezó a
levantar ese viento que habían pronosticado y la sensación térmica se disparó
por debajo del nivel de confort.
La niebla comenzó a cubrirlo todo.
Las ráfagas de viento en ocasiones hacían
complicado avanzar.
A veces se hacía estrecha la arista con tanto
viento.
Pero a pesar del frío, las vistas eran
impresionantes.
Cuando alcanzamos la arista cimera nos
dieron ganas de abandonar, la visibilidad era muy escasa y a pesar de conocer
el terreno o tal vez por eso, hubo momentos de duda.
Decidimos confiar en las previsiones y
apostamos por seguir hasta la cumbre principal, teníamos un sueño y no
queríamos despertarnos tan pronto.
Alcanzamos la cima entre una niebla que
empobrecía en parte nuestro esfuerzo, que apagaba en parte nuestra ilusión,
pero estábamos allí y la esperanza seguía intacta.
Nos desilusiono profundamente comprobar que
sigue habiendo gente que se toma la molestia de subir hasta aquí para cagarla.
Bajar la basura, no seáis cerdos.
El viento se alió con nuestro sueño y
despejo la cima, seguro que fue un homenaje a Ana por el empeño que puso en
conseguir hacer una cumbre en nuestra montaña palentina.
A pesar del frío intentamos posar como si
no pasara nada, orgullosos de nuestro logro y procurando que el viento no nos
moviera para la foto.
La cumbre del Espigüete nunca decepciona,
hoy estaba de gala sobre los algodones del cielo de Palencia.
El Curavacas se asomaba sobre las nubes,
también quería participar de nuestra alegría.
Habíamos pensado bajar por el corredor
Norte, tenía poca nieve pero bastante dura y nos pareció que sería complicado
bajar con crampones por tantos tramos de pedrera.
Así que decidimos recorrer de nuevo la
arista en busca de la Este.
Este cambio de planes fue maravilloso, todo
el recorrido hasta la cima Este estuvo despejado.
Y disfrutamos de vistas que no nos habíamos
imaginado, Cuartas, Tres Provincias, Las Agujas de Cardaño, Peña Prieta…
La Cerezuela y el Pico Murcia en primer
plano y de fondo sobre la nubes los Picos de Europa, desde Peña Santa hasta
Peña Vieja, con la Torre del Friero en medio, como siempre…
En primer plano Pico Murcia y Peñas malas y
de fondo desde la Torre del Friero hasta la Morra de Lechugales y la Silla
Cimera.
No había buenas previsiones, pero de nuevo
apostamos por soñar, y valió la pena. Un día inolvidable.
Y según empezamos a bajar se empieza a
escribir un nuevo episodio, el Curavacas está celoso y quiere ser atalaya de
otro de nuestros sueños.
Tengo que agradecer una vez más la amabilidad en el trato y el buen hacer en la montaña de vuestro presidente Goyo. Era mi primera visita en plan montañero a la sierra de Palencia y no me defraudó, el entorno me pareció muy bonito sobre todo visto desde el Espigüete. Espero que en próximas ocasiones pueda compartirlo con todos vosotros.
ResponderEliminarParece ser que no pisasteis mucha nieve, Goyo. A pesar del frío, un gran día de montaña. Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que yo esperaba más nieve, al menos en el corredor Norte, pero siempre vale la pena subir a esa piedra tan gorda, fue un gran día. Un abrazo Luisfer.
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