Como en años anteriores la cita comienza en la cafetería
Ademar de Barruelo de Santullán, comprobación de inscripciones, regalo de la
Federación, un café y subimos a la Collada desde donde comenzaremos la ruta.
El día prometía, pero el viento a primera hora era fuerte,
sólo queda bien en las fotos.
Escogimos un recorrido protegido del viento para no sufrir
mucho, al poco de empezar nuestra ruta, el día empezaba a mejorar.
La nieve estaba bastante dura y comenzamos la ruta con las
raquetas en la mochila, pero no habíamos subido mucho cuando decidimos que
sería mejor ponérselas.
Ya todos equipados comenzamos a subir hacia la hoya que hay
a la derecha de Peña Rubia.
Remontamos hasta este pequeño espolón rocoso.
Que bordeamos perdiendo un poco de altura, para no treparlo
con las raquetas….
De paso disfrutamos de los pequeños detalles que tanto nos
cautivan.
Descendimos al fondo de la hoya y comenzamos a remontar en
diagonal hacia la arista.
Por las alturas seguían pasando las nubes bien deprisa, pero
la nieve está bien guapa para disfrutar.
Cuando coronamos la arista el aire nos pegó un poco, pero ya
estaba aminorando y el día mejoraba.
El viento ha dejado su huella.
Y las nubes nos impiden contemplar la profundidad del
paisaje.
Descendimos hacia Cuesta Labra.
Un buen lugar para la meditación, para disfrutar de la
tranquilidad.
Y ya que estaba la mesa, aprovechamos para almorzar.
La verdad es que el comedor estaba bastante fresco, pero íbamos
bien abrigados.
Luego con las tripas en paz, remontamos la cuesta hasta Peña
Rubia.
En la cumbre ya se notaba la mejoría, hacia menos viento,
incluso cayeron algunos copos de nieve, pero creo que fue para despedirse, no
nevó más.
Para bajar decidimos continuar por la arista en dirección al
Golobar.
Y hacernos una bajada un poco más interesante, que cada uno
baje como pueda. Estaba la nieve demasiado blanda para el culoesquí, pero se
intentó.
La verdad es que ha sido una ruta no demasiado dura, pero
muy interesante, se ha disfrutado que es lo más importante.
La Collada estaba bien fresca, casi daban ganas de volver al
coche a por el plumas para entrar...
Pero no hizo falta, dentro había calor más que de sobra, la
chimenea ardía tranquilamente, calentando y perfumando el ambiente, los amigos,
que cada año son más, calentaban el resto, haciendo que el salón fuera como el
salón familiar en los días de fiesta.
Comer, no comimos mucho, comimos demasiado y bien rico todo,
y algunos, unos más que otros, tuvimos postre especial, el pudin de coco
espectacular de Paula, nuestra cocinera, a la que nunca agradeceremos demasiado sus
atenciones.
Y la sobremesa… como los días importantes...
Un diez para La
Escalerilla.
Te lo has currao, Goyo. Buena descripción de la jornada. Y gracias por las flores. La sobremesa fue genial, aunque no sé si votaré...
ResponderEliminarUn abrazo
Alirote, alirote...
EliminarNo se lo digas al "chapu" que lo mismo va...
No son flore y lo sabes, es el fruto del trabajo bien echo y siempre estaremos agradecidos, ya vamos pensando en la VIII.