Madejuno

Cuando las cosas van bonitas, siempre las compartimos, es normal, sabemos que os gusta la montaña, o simplemente saber de nuestras andanzas y a nosotros nos encanta compartirlas y porque no, presumir un poco.

Como tantas veces nos fuimos a Picos con la mochila cargada de ilusiones, hacía tiempo que esa arista nos tenía cautivados y queríamos probarla.

Cuanto más te acercas a las cumbres y cuanto más se afilan hacia el cielo, mayor es la sensación de libertad que te aportan.

Cuando se persiguen sueños y se lucha por conseguirlos hay que tomar riesgos, los sueños no vienen solos hay que ir a buscarlos.

Podía haber sido la vía Udaondo-Fernandez en la cara norte del pico Madejuno...

Podía haber sido la cresta Madejuno-Tiro Llago…

Podía haber sido una desgracia…

Al final se salda con un susto muy gordo, un esguince en el tobillo y unas cuantas magulladuras. Ah, y un casco roto, no os le olvidéis nunca.

Hay que poner mucho cuidado en la seguridad, cada detalle es importante, pero nada es infalible y a veces algo no sale bien. Podíamos pensar en un fallo del material, pero confiamos en él y lo pensamos seguir utilizando. Es más probable que hayamos fallado nosotros en algo, que nos hayamos confiado o que las circunstancias nos hayan llevado a cometer un error.

Pensamos que en esta vida hay mucho que aprender, pero por nada del mundo hay que dejar de soñar.

Nuestro agradecimiento más sincero para Irena, la médico del equipo de rescate de Cantabria

Y para Javi, nuestro rescatador. Un comportamiento impecable y fantástico en todo momento. Siempre nuestros ángeles, hoy el suelo donde pisar para sentirnos seguros.