Hacía tiempo que quería conocer la zona de Lores y el otoño
es la mejor sin ninguna duda. Salí del pueblo por el valle del arroyo de
Rilores, acababa de dejar de llover, olía a un día perfecto.
Para la sequía que hay no ha llovido mucho, pero la
naturaleza ya ha cambiado. Los verdes apagados de la semana pasada se han
convertido en una gama cromática interminable y brillan los frutos del otoño.
Algunos árboles han perdido ya parte de la hoja, pero el
resto promete un otoño más natural, la naturaleza recupera la esperanza y yo me
siento feliz de formar parte de este ecosistema.
El camino se termina en un punto y a la derecha hay rocas,
que vamos a hacer, tendremos que subir a ver que se ve.
Subimos hasta la Peña Maldrigo a 1639 m.
El Zeru en su papel de pastor, controlando en todas las
direcciones, pero desde lejos, cuando aparece una tudanca con esos cuernos, se viene
abajo…
Las nubes nos dejaron ver el Cornón de Peñasagra, por las alturas
hacía mucho viento y no pararon en todo el día, a lo lejos se veía llover…
Para mi amigo Javier H. este manzano silvestre de verdad. (Malus
sylvestris)
Al otro lado del valle se ven las peñas de Carazo.
Un mostajo (Sorbus aria) cargado de frutos.
Ya en el valle nos disponemos a meternos por el hayedo de
Lores.
Como ha cambiado, un poco de agua y se vuelve a escuchar la “eterna
estrofa de agua”
Vestigios del pasado, este viejo tronco tiene casi tres
metros de diámetro.
Este hayedo tiene algo especial, yo he estado en muchos,
pero en este se experimentan muy buenas sensaciones, debe de tener un duende…
En las praderas de la parte alta vi algún ciervo que
cruzaba.
En el collado del Potro, las nubes hacían sus garabatos…
Luego tuve la suerte de poder ver el tejo centenario,
gracias a un trak de Luisfer sacado de su blog: http://montripero.blogspot.com.es
Qué bueno es que vayan por delante exploradores y sobre todo,
que compartan información.
Es un árbol realmente impresionante.
Y en un entorno mágico.
La Pernía, sin comentarios…
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