Peña Castil

Sotres de nuevo, esta vez llegamos acompañados del orbayu, una verdadera maravilla después de tanto calor, unas horas de tregua, poder tomarse una caña tranquilo, sin la necesidad de aplacar la sed.

El sábado amaneció con niebla, pero ya no orbayaba, el día venia tranquilo, sin prisas, pero se le veía venir; nosotros tampoco teníamos prisa, vinimos a empaparnos de Picos de Europa.

Debajo del collado de Pandébano dejamos los coches y con la fresca nos pusimos a remontar la cuesta hasta el collado.

Pasado el collado de Pandébano seguimos ganando altura, la Peña Maín y el Cabezo de Salines hacen de muralla a Bulnes que está como ausente bajo la niebla, menos mal que lo hemos pateado y aún sin verlo lo disfrutamos.

Abajo en la tranquilidad de los prados del collado se va quedando la majada de La Tenerosa.

Nosotros nos metemos de lleno en la canal de Las Moñas, deseando ganar altura.

Remontada la canal recuperamos los pastizales en la majada de Las Moñas.

Parada y fonda, los pastores comían aquí las sopas y el pan con quesu, nosotros cada uno lo que trajo, como siempre.

Continuamos subiendo por la Vega de los Tortorios.

Hasta alcanzar este precioso collado a 2000 m. donde las vacas disfrutan del verde a pesar de las altas temperaturas.

Luego, ganado poca altura, vamos rodeando Cabeza de los Tortorios.

Este precioso ejemplar, conocedor del terreno, nos marca el pico Urriellu.

 Nosotros cruzamos por la estrecha Horcada de Camburero.

Para contemplar el pico Urriellu, el pico Boada, la Torre de la Pardida y el Neverón de Urriellu.

Aquí nos toca perder un poco de altura, debe ser para coger carrerilla…

Para afrontar la subida que nos queda hasta la cima de Peña Castil.

El Neverón de Urriellu, la Horcada Arenera, la Torre Arenera y los picos Albos.

El día estaba de ensueño, las nubes no dejaron de cambiar constantemente el paisaje para hacernos entretenida la subida.

Sobre las peñas que guardan la Cueva Helada, la Pica del Jierru, la Morra de Lechugales y el Pico Cortés.

El último tramo de subida es pindio de verdad, y el terreno está muy descompuesto.

Alcanzada la arista vemos Peña Vieja, el collado de la Canalona, los picos de Santa Ana, los Tiros Navarros, la Horcada del Infanzón, los Campanarios.

La Morra, el Pico Urriellu, el Neverón, la Torre Arenera y los Picos Albos.

Asturias se veía casi en su totalidad, envuelta de regalo, para los que la sabemos querer como yes.

Valdominguero, La Pica del Jierru, La Morra de Lechugales, el Pico Cortes, el Prao Cortés y bajo la niebla las Vegas de Sotres y Aliva.

La foto de rigor en la cumbre realizada por un montañero del Grupo Castro Valnera de la Vega de Pas. Menudo encuentro tan fantástico.

La bajada como esta suelta la hicimos a tumba abierta.

A 2120 m. giramos a la derecha en busca de la Cueva Helada, y la encontramos.

La Cueva Helada de Peña Castil es una maravilla que mucha gente desconoce de Picos de Europa, en pleno verano y en plena ola de calor, se necesitan crampones para acceder al interior.

El interior es un auténtico frigorífico, donde se conserva el hielo de forma perpetua.

En invierno, y en veranos menos calurosos, esto es una columna de hielo desde el techo de la cueva, hoy sólo una montaña de hielo.

Es maravilloso en pleno verano darse este refrescón fotográfico.

Aprovechamos el resol que hacía en la entrada para comer el bocata, luego la niebla se encargó de envolvernos a nosotros, me supongo que para regalo también.

Bajando, entre la niebla, recogimos a tres montañeros que andaban un poco despistados. No me cansaré de repetir que cualquiera nos podemos perder, pero que no hay que comprar papeletas antes de venir. Las rutas hay que repararlas bien y traer medios de orientación.

La niebla se fue convirtiendo en orbayo y poco a poco todos nos fuimos empapando de Picos de Europa, daba gusto sentir las gotinas de agua sobre la piel, verlas sobre las flores, sobre la hierba… es la vida que  hace de Picos de Europa un lugar único.