Aparqué en El Corral de las Mulas en el puerto del Portalet,
entrada al parking de Anayet de la estación de esquí de Formigal que no permite
que se utilice en verano para que no les gastemos la carretera, así que dos
kilómetros de paseo por la carretera viendo remontes y telares.
Detrás tirando de zoom podemos ver el Balaitous, el cordal
de los Frondiellas y la Cresta del Diablo con sus tridentes y a la derecha el
cordal del Musales.
Nada más salir el sol ilumina el pico Culivillas.
La garganta de Culivillas es un paraíso, un valle que
transmite mucha serenidad.
Las marmotas no paran de dar la voz de alarma, no somos una
amenaza para ellas, pero en sus genes está defender a la colonia…
Una vez superada la garganta te encuentras de frente con el
pico Anayet que nos muestra su cara más fotogénica.
A la derecha aparece el Midi d‘ Ossau sobre el ibón del Anayet.
No cabe duda de que es una de las montañas más bonitas de
Pirineos.
Pero hoy me ha traído aquí la cima del Anayet.
A su izquierda hay que subir a este collado, el Cuello del Anayet.
Desde la subida voy comprobando que la subida no es tan
difícil como podía parecer.
Una mirada con el zoom a la zona del Palas y el Balaitous.
En los valles franceses es muy normal que por las mañanas la
niebla lo cubra todo.
El primer tramo de la subida es muy fácil, luego hay una
zona bastante expuesta pero equipada con cadenas que se supera sin ninguna
dificultad.
Luego se trepa por una chimenea en diagonal que es fácil,
pero tiene vistas.
Desde la cima el Cuello y el Vértice del Anayet.
Desde la derecha, Collarada, La Pala de Ip, Alcañiz, Punta
Escarra, Retona y Telera.
El mar de nubes hacia el Balaitous.
El Goyo con el Midi.
La prominencia de esta cumbre es indiscutible, mires hacia
donde mires parece que estas volando.
Se va a notar que estoy enamorado del Midi d`Ossau.
Los ibones del Anayet ubicados en esta maravillosa terraza.
Según bajo, la chimenea de acceso a la cumbre.
La travesía hacia la zona de las cadenas.
Y el tramo de la ferrata.
Luego se baja por una senda, bastante pindia, pero fácil.
Abajo el agua y las flores convierten este rincón del
Pirineo en un paraíso con unas vistas impresionantes.
Parece mentira a la altura que están y que les sobre este
chorro de agua.
La bajada de nuevo por la Garganta de Culivillas.
Contemplando esa arista de los Frondiellas que me he dejado sin subir para volver otro día.
Vacaciones sin perder el tiempo, estupendos paseos. Un abrazo Goyo que lo disfrutes.
ResponderEliminarHay que recuperar lo perdido.Y lo que podemos perder...
EliminarQué envidia me das, mamón!!
ResponderEliminarMe lo creo, peto mañana no he, que vuelvo a currar...
EliminarUn abrazo.