Volver a Gredos con más ganas que nunca, a cabalgar como una locomotora por las vías del Prado de las Pozas en dirección a las Paredes Negras, echando carbón para remontar Los Barrerones.
Siempre se hace duro, pero sabemos de sobra la recompensa de alcanzar el mirador de Peña Rayo, el Circo de Gredos se convierte en bálsamo para las piernas y en mapamundi para los sueños.